La voluntad del Gobierno es reconducir la negociación sobre el modelo de financiación autonómica desde el compromiso de llegar a un acuerdo. Pero José Luis Rodríguez Zapatero quiso ayer enviar un mensaje a Cataluña el mismo día que la comunidad celebra su fiesta, la Diada , y aseguró que comprendía las "reclamaciones" de la Generalitat. "Cataluña tiene que mejorar su financiación", aseguró, tras la sesión de control en el Congreso. Más tarde, desde la Moncloa, donde se reunió con el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, Zapatero insistió en las razones de Cataluña y dijo que tendrá "el mejor sistema de financiación que ha tenido en su historia".

´CAFE PARA TODOS´ En sus últimas afirmaciones públicas Zapatero trata de mostrar que el Gobierno desea llegar a un acuerdo con todas las comunidades que, a la vez, colme las expectativas de la Generalitat. Esa circunstancia, en todo caso, solo se puede producir si el Gobierno central aporta más recursos al conjunto del sistema de financiación, algo que no está asegurado.

Zapatero trató el miércoles de ganarse la confianza del Govern tras afirmar en el Congreso que "no es razonable" que Cataluña reciba menos recursos públicos que otras autonomías tras aportar al fondo de solidaridad.

Esa afirmación responde al principio de ordinalidad que recoge el Estatut, aunque la interpretación del Ejecutivo es diferente a la de la Generalitat. Zapatero consideró "normal" que los distintos actores en la negociación busquen maximizar sus resultados. Incluso lo calificó como un "deber" de las comunidades. "La Constitución establece que los gobiernos de las comunidades tienen la obligación de defender su interés territorial y eso es lo que hacen", afirmó.

Pero Zapatero también reivindicó su papel, al entender que el Gobierno central tiene como obligación "defender el interés general y lograr un proyecto y modelo de financiación equitativo y armónico". Es decir, aplicable a todas las autonomías.

Pero las palabras de Zapatero no tranquilizaron los ánimos en Cataluña. La celebración de la Diada desveló la oposición por la financiación. Ya de buena mañana, el líder de CiU, Artur Mas, certificó la desconfianza que siente por el president, José Montilla, del que sugirió que afloja ante el Gobierno central.

Mas recordó que Montilla había admitido el miércoles que la gravedad de la crisis económica ha rebajado las expectativas de la Generalitat sobre la financiación. En otra intervención predicó "flexibilidad" en la negociación. Por ello que el jefe de filas de CiU parece insinuar que Montilla prepara el terreno para aceptar un sistema de financiación que quede por debajo del listón que marca el Estatut.