Mientras hay diálogo, hay esperanza. Siempre confiado en sus dotes de persuasión, José Luis Rodríguez Zapatero ha intensificado en los últimos días los contactos telefónicos con Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós para incorporar a ERC al consenso del Estatut. Como ya hiciera dos semanas atrás con el presidente de CiU, Artur Mas, el jefe del Ejecutivo se ha volcado en lograr el de los líderes de Esquerra, a quienes ha pedido, según fuentes oficiales, que no den ningún paso que les conduzca irremediablemente por la senda del no. La interlocución continúa abierta.

Muchos dirigentes socialistas celebran el alejamiento de ERC, convencidos del desgaste electoral de esta alianza. Pero el presidente, según fuentes gubernamentales, sigue pensando que sacar adelante la Carta catalana sin el concurso republicano constituiría un triple fracaso: personal, por haber quebrado en Madrid el consenso forjado en el Parlamento catalán; del PSC, porque la ruptura con Esquerra pondría en jaque la estabilidad del tripartito; y también de Cataluña, cuyo nuevo Estatut nacería sin el aval de un número significativo de catalanes.

Por eso Zapatero mantiene hilo directo con Carod y Puigcercós, sin reparar en el tono desafiante con el que ambos afirman que el Estatut pactado entre el PSOE y CiU no tendrá su apoyo. Esta semana el presidente ha telefoneado a los líderes de Esquerra. Con ellos ha explorado las mejoras que podrían introducir en el texto, capitalizar ante su electorado y contraponer al techo del autogobierno con el que Mas se conformó.

También el portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha charlado a diario con Puigcercós tras el encuentro que mantuvieron el martes en el Congreso. A la salida, el líder republicano se mostró muy pesimista y el socialista apuntó que el margen de negociación era "muy estrecho", pero fuentes de ambos partidos admiten que entre Puigcercós y Rubalcaba hubo más avances de los divulgados.

PACTO EN SECRETO Zapatero desearía presentarse mañana ante el consejo nacional del PSC en Barcelona con el de ERC, por lo que no descarta hablar hoy con Carod o dejar la negociación en manos del ministro José Montilla. Si no hay acuerdo público antes del lunes, cuando el Estatuto llegará a la comisión constitucional del Congreso, el mal menor sería pactar en secreto con ERC cesiones emblemáticas para que ésta las exhiba en el trámite parlamentario.

Salvo que el diálogo con ERC altere sus planes, Zapatero ha programado una estancia breve en Barcelona, con una agenda limitada a su participación en el consejo nacional del PSC de mañana. El programa no incluye ninguna cita a solas con Pasqual Maragall, omisión que fuentes socialistas achacan al mal momento de la relación de Zapatero con el presidente catalán.