El popular barrio madrileño de Santa Eugenia, uno de los más castigados por los atentados del 11-M, desayunó ayer con la visita de José Luis Rodríguez Zapatero. Durante dos horas y media-- de las 11.30 a las 14.00--, el presidente conoció de primera mano los problemas más acuciantes de las víctimas, en una reunión en la sede de la asociación que preside Pilar Manjón.

Nueve representantes de los afectados detallaron la situación sanitaria, laboral y de todo tipo, así como las necesidades más apremiantes de las víctimas, en un encuentro "cordial y fructífero", según Manjón, en el que Zapatero tomó nota para transmitirle su impresión al Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba.

La reunión despertó la curiosidad de algunos vecinos, sorprendidos por el movimiento de policías en los alrededores de la calle donde se ubica la sede de la asociación. El barrio aún estaba silencioso poco antes de las 11.30, cuando llegó el jefe del Ejecutivo, acompañado de un miembro de su Gabinete y dispuesto a no hacer declaraciones.

EL PUBLICO APLAUDIO Manjón le recibió en la puerta del modesto local donde está la sede de la asociación. Hechas las presentaciones, la reunión comenzó. A las dos de la tarde, Zapatero se despedía de sus interlocutores, y también del público, que le aplaudió, le saludó, le hizo llegar algunas confidencias y le acompañó hasta el coche oficial.

Manjón agradeció que el presidente hubiera dedicado parte de la mañana del día de su santo a las víctimas. "Hemos expuesto todos y cada uno de los problemas a los que no se está dando solución", explicó a la prensa.

Para muchos de los heridos de importancia se abre ahora una etapa de evaluación de su estado. Los representantes de la asociación pidieron a Zapatero "un trato más deferente" en estos exámenes, y le reiteraron que las secuelas psicológicas "no están siendo reconocidas" para acceder a la condición de víctima.

En todo caso, Manjón destacó el "aliciente" que supone la prórroga de seis meses acordada por el Ejecutivo el día 11 para que los afectados soliciten ayudas, lo que, según Manjón, supone un tiempo para "dar salida a nuestros problemas".

Pese al honor de recibir al Jefe del Ejecutivo, la Asociación 11-M dejó claro que su interlocutor es Peces-Barba, aunque ayer no se habló del acoso que sufre por parte del Partido Popular. "Respetamos al cargo y a la persona, y hay que darle los 100 días mínimos para evaluar su gestión", afirmó Manjón.

REPLICA DE LA AVT La réplica vino del presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, que reprochó a Zapatero no haberse reunido también con la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, creada a finales del pasado 2004.