Con algunas aproximaciones pero ningún acuerdo concluyó ayer la entrevista entre el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PNV, Jon Josu Imaz. Según fuentes conocedoras del encuentro, Zapatero fijó ante su interlocutor los límites de la reforma estatutaria que el Gobierno y el PSOE estarían dispuestos a apoyar en Euskadi. Ahora o después de las elecciones del año próximo, si el PNV necesita el apoyo socialista para conservar el poder.

Hacía seis años que el presidente del PNV --entonces Xabier Arzalluz-- no pisaba la Moncloa. La comunicación entre PP y PNV se cortó a raíz del pacto nacionalista de Lizarra, que propició los 14 meses de tregua de ETA. Sólo la marcha de José María Aznar y del propio Arzalluz ha permitido el restablecimiento del diálogo entre el Ejecutivo y el partido que gobierna en Euskadi. De hecho, la entrevista de Zapatero con Imaz fue más larga --casi hora y media-- que la que el presidente mantuvo la víspera con el líder del PP, Mariano Rajoy.

Fuentes de la Moncloa aseguraron que Zapatero transmitió a Imaz su voluntad de entablar un diálogo "franco y sincero", exento de crispación y orientado a "allanar las dificultades" que complican la relación entre PSOE y PNV. Es decir, el proyecto soberanista de Juan José Ibarretxe.

SIN CONSENSO El presidente ratificó ante su interlocutor que ni el Gobierno ni el PSOE apoyarán jamás una reforma estatutaria como el llamado plan Ibarretxe, por cuanto choca con la Constitución y vulnera la soberanía nacional. Sin exigir directamente que el lendakari retire su plan, Zapatero recordó a Imaz que éste carece de consenso político y social en el País Vasco.

El jefe del Ejecutivo también ratificó que si el PNV plantease una reforma estatutaria acorde a la Constitución y respetuosa con los procedimientos legalmente establecidos, los socialistas vascos aceptarían negociarla y, eventualmente, apoyarla. En suma, propuso a Imaz que el PNV se sume al proceso de reformas territoriales abierto.

Mientras Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Josu Erkoreka (PNV) negociaban en el Congreso el apoyo nacionalista al presupuesto del 2005, Imaz repetía ante Zapatero la misma demanda que Ibarretxe le trasladó en julio en la Moncloa: "audacia y valentía política" para abrir "un nuevo tiempo político" basado en el "respeto mutuo" entre Madrid y Vitoria. Eso sí, agradeció al jefe del Ejecutivo que lo recibiera en la Moncloa: "Lo importante es que la incomunicación ha terminado".

Aunque el líder del PNV defendió el plan Ibarretxe --"es nuestro proyecto de estatuto"--, no descartó que se revise para forjar el consenso. "En los próximos meses, todos debemos tratar de buscar acuerdos y fomentar el diálogo para llegar a acuerdos más amplios", aseguró, al tiempo que fijaba tres prioridades: construir la "normalización política de Euskadi", "un proyecto para la convivencia" y "un marco de relación respetuoso y estable entre la sociedad vasca y el Estado".