El presidente del Gobierno no tuvo ayer un mitin fácil, pese a torear en casa. En el habitual mitin de inicio del curso político del líder socialista en Rodiezmo, Zapatero no solo defendió ante sus bases la subida para seguir garantizando la inversión pública y las políticas sociales, sino que dio un paso más. Sostuvo que el incremento "moderado" de la fiscalidad se va a hacer con el visto bueno de los ciudadanos a los que les toque pagar más, porque lo harán en beneficio de la mayoría.

Los últimos mensajes cacofónicos y contradictorios de dirigentes socialistas sobre el alcance de la subida de impuestos y la concreción de la nueva prestación de 420 euros a los parados sin subsidio obligaron a Zapatero a desgañitarse para tratar de demostrar que su Ejecutivo tiene un rumbo claro y coherente. "Sabemos adonde vamos", llegó a decir. A diferencia de anteriores citas en Rodiezmo, esta vez no pudo sacarse el clásico as de la manga a cuenta de anunciar una nueva subida de las pensiones mínimas. Ayer se limitó a decir que estas "ganarán poder adquisitivo y mejorarán" en el 2010, pero obvió que serán negociadas con los sindicatos al mismo tiempo que se debate con ellos la polémica moderación salarial de los funcionarios, según recordaron luego fuentes de la Moncloa. Por lo que pueda pasar, Zapatero recordó que en los últimos años el aumento de las prestaciones mínimas ha sido un 30% superior al de la media de todas las pensiones.

La guinda de la jornada la pusieron las críticas que diversos dirigentes sindicales lanzaron desde la tribuna a la política del Gobierno en referencia al sector del carbón y la minería. Ello llevó a Zapatero a cerrar su intervención tratando de proclamar su cercanía con el auditorio en clave intimista. "Vuestros valores son mis valores, procuro gobernar creyendo en mi país, apoyando a los más débiles", dijo.

A las críticas de los sindicatos se unió ayer el consejero de Economía catalán, Antoni Castells, una voz especialmente autorizada por sus conocimientos en la materia y por formar parte del mismo partido que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Castells acusó al Ejecutivo de "no coger el toro por los cuernos" para salir del atolladero y tildó de "inapropiada" la decisión de subir impuestos. Castells recordó que, además de los problemas globales que sufren el resto de países, España tiene otros "específicos", como la alta tasa de paro, la excesiva dependencia del sector de la construcción y un notable endeudamiento exterior. "Ello nos obliga a afrontarlos con reajustes y reformas consensuadas desde el liderazgo, el empuje y el coraje", dijo. "En caso contrario, los demás países saldrán de la crisis y nosotros no", añadió. En ese sentido, apostó por "hablar a fondo del mercado laboral, sin apriorismos", y criticó la subida fiscal por estar "mal planteada y a destiempo".

EDUCACION Y ENERGIA Desde León, Zapatero invitó de nuevo al presidente del PP, Mariano Rajoy, a un pacto en educación y energía y le exigió que, "por una sola vez", piense en el "interés general", y no solo "en la crítica". También trató de salir al paso de los informes que dicen que España se recuperará más tarde que las locomotoras económicas europeas. "No vamos a salir los últimos, vamos a salir como los demás, y garantizando las políticas sociales", aseguró. Para ello pidió confianza y se comprometió a mantener las prestaciones a los más necesitados, aunque ya no mencionó la bonificación fiscal de 400 euros aplicada al IRPF, que tiene todos los números de ser suprimida el próximo año.