La complicidad entre el Gobierno y el PP en la política antiterrorista ha topado con un obstáculo serio. Los populares insisten en que el Ejecutivo podría disolver los ayuntamientos gobernados por ANV y que, si no lo hace, es por falta de voluntad política, no por imposibilidad jurídica. Tras este nuevo ataque, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a exigir ayer al PP que no vuelva a minar la unidad anti-ETA haciendo "partidismo" con ninguna sigla, en alusión a la fuerza aberzale.

El presidente remarcó que el PP debería ofrecer un margen de confianza al Gobierno y mantener la línea de apoyo mutuo en la política antiterrorista, sin pretender aprovechar la ocasión para obtener un rendimiento electoral de cara a las autonómicas vascas de marzo. Desde esa premisa, Zapatero afirmó que el Ejecutivo "sabe lo que hace" y que actuará cuando sea necesario y "siempre conforme a la ley", en una velada alusión a que la disolución de los ayuntamientos en manos aberzales se acometerá después de las elecciones vascas.

Zapatero ratificó su apuesta por reformar la ley de bases de régimen local para disolver los ayuntamientos de ANV, pero agregó que estudia alternativas para disponer de un marco legal "más operativo y más útil" que garantice que "ningún partido colabore con la violencia".

Pero el PP se aferra a sacar a colación a ANV como instrumento de desgaste del Gobierno. La dirección conservadora insiste en que la actual legislación basta para disolver esos ayuntamientos, aunque apoyará la reforma que emprenda el Ejecutivo.

Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en sintonía con el PP vasco, fue más lejos: dijo temer que Zapatero pueda "estar pensando en volver a la negociación política con los terroristas".

POR UN PUÑADO DE VOTOS Esa afirmación irrita al Gobierno, que cree que las detenciones de la cúpula de ETA demuestran que la línea de actuación es demasiado contundente como para suscitar equívocos. Zapatero lo reiteró ayer, al destacar que se están produciendo "buenos resultados" y que el trabajo seguirá gracias al esfuerzo "del Gobierno, de las fuerzas de seguridad del Estado y a la colaboración con Francia".

Pero Aguirre fue contundente. "Me temo mucho que, desgraciadamente, aunque de cara a la galería se esté aplicando una política con ETA distinta de la pasada legislatura, se podría estar pensando en volver al mal llamado proceso de paz, que en realidad es la negociación política con ETA". Las tesis de Aguirre no las suscribe en público la dirección del PP. Por su parte, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, exigió al PP que "no vuelva a las andadas por un puñado de votos".