El discurso del PSOE en previsión de una sentencia a corto plazo del Tribunal Constitucional sobre el Estatut está cada vez más claro. José Luis Rodríguez Zapatero avaló ayer en el Congreso la Carta catalana y las reivindicaciones expresadas en el editorial conjunto de 12 diarios en defensa de la dignidad de Cataluña. Una situación que podría resumirse en la convicción del encaje del Estatut, tal y como salió de las Cortes, en la Constitución. Sea cual sea el fallo de los 10 magistrados.

El Gobierno central y el catalán han ido acercando posiciones y ya coinciden incluso en acatar la sentencia si esta no es favorable. Un escenario ante el que reaccionarían con diferente vehemencia, pero con un objetivo común: seguir desarrollando el modelo de inspiración federal y de mayor autogobierno que emana de la norma. Zapatero, que hasta ayer se había mostrado reacio a opinar sobre el editorial, aprovechó la sesión de control al Gobierno en la Cámara baja para señalar que el editorial "expresa un sentimiento ampliamente mayoritario en la sociedad catalana, que desea autogobierno y que desea ser respetada", aseguró en respuesta a IU-ICV.

El líder del PSOE destacó un tercer deseo de Cataluña, este en forma de dardo contra el PP: "Que nadie desde el resto de España utilice su voluntad de autogobierno para enfrentar territorios". Por si quedaban dudas, el jefe del Ejecutivo insistió en su esperanza de que la sentencia confirme la constitucionalidad de la norma. Esa que él refrendó en el Congreso y que, según proclamó ayer, "votaría otra vez con el mismo convencimiento".