Extremadura registró en 2015 un saldo vegetativo negativo de 2.641 al producirse 11.495 defunciones y 8.854 nacimientos.

La variación anual del número de nacimientos en Extremadura cayó el 3,4% y la tasa bruta se situó en 8,1 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

Por contra, los fallecimientos crecieron un 6,4 por ciento hasta dejar la tasa bruta en 10,6 por cada mil habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La esperanza de vida en Extremadura es de 82,1 años.

En 2015 el número de muertes superó al de nacimientos en el conjunto de España, una situación que no se había producido nunca, o al menos no desde 1941, primer año del que existen datos, y que refleja la grave crisis demográfica que padece España.

El pasado año los nacimientos se redujeron un 2% mientras que las muertes aumentaban un 6,7%, lo que se traduce en 419.109 alumbramientos (8.486 menos que en 2014) y 422.276 muertes (26.446 más), cifras que arrojan un saldo vegetativo negativo de 2.753.

Pero hay más datos preocupantes: la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo sigue al alza; la esperanza de vida se ha reducido por primera vez desde 2005; el número de nacimientos es el menor desde 2002; el número de mujeres en edad de ser madres se reduce; el aumento de las muertes es el mayor desde 1971 y la tasa de mortalidad, la más elevada desde 2003.

NADA HALAG EÑA La radiografía de la población española que ofrece el INE en los datos de Movimiento Natural de la Población no es nada halagüeña y alerta de una situación que compromete la pirámide poblacional, el futuro del país, el mercado laboral o el sistema de pensiones y prestaciones.

Por comunidades autónomas, los nacimientos se redujeron en todas, encabezadas por las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla donde cayeron un 9,1% y un 6,6%, respectivamente, seguidas de Cantabria (4,3%) y La Rioja (3,5%). También aumentaron las muertes en todas las regiones (excepto en Ceuta) con la Comunidad de Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha a la cabeza con alzas del 8,6%; 8,5% y 8,2%, respectivamente. Y como resultado del saldo vegetativo, diez comunidades pierden población.