La historia de los Sánchez Flores es una más de los entre 60 y 65 casos que han salido a luz en Extremadura, según los datos que pudo recopilar la sede extremeña de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), la cual tuvo que desaparecer por falta de ayudas. En España se estima que hubo 300.000 casos entre los años 1940 y 1990. Una cruel trama que movió mucho dinero y que primero se usó como medio de represión y después como un negocio. El pasado mes de marzo el PSOE pidió la creación de una oficina autonómica para las familias extremeñas víctimas del robo de niños, pero aún no ha ha habido avances.