«La mejor ayuda a la natalidad son los planes de empleo para que los jóvenes tengan un trabajo digno que les permita quedarse y formar una familia». Es la idea en la que siempre ha insistido el antropólogo y profesor de la Universidad de Extremadura (Uex) Domingo Barbolla.

Después de cuatro años en vigor, la Junta ha decidido ahora suprimir lo que se conoce cheque bebé, una cuantía económica que reciben las familias por el nacimiento de los hijos. En el caso extremeño, la idea era aumentar la población sobre todo en los pueblos pequeños. Las ayudas consistían en un pago único de 1.400 euros para beneficiarios residentes en municipios de menos de 3.000 habitantes en caso de nacimiento, adopción, acogimiento preadoptivo o situaciones equivalentes del primer y sucesivos retoños. En localidades de más de 3.000 habitantes, era un pago único de 500 euros por el segundo hijo y de 1.000 euros por el tercer y/o sucesivos.

¿Motivos para la supresión? «No ha servido para aumentar la natalidad. Nadie tiene un hijo porque vaya a recibir una ayuda de 400 ni de 500 euros. Es un planteamiento retrógrado, con ciertos tintes machistas (dar dinero por dar a luz)», argumentó ayer la portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña.

A uno de cada cinco

También explicó que la supresión del cheque bebé aparecía ya recogida en el proyecto de Presupuestos para 2018, aunque se incluía una partida para cubrir la anterior convocatoria, para quienes ya la habían solicitado.

Desde 2014 se ha concedido 7.475 ayudas a residentes en Extremadura. Significa un importe de 9,4 millones de euros. En 2017 la solicitaron 2.140 hogares. No obstante, la estadística dice solo que la han recibido uno de cinco donde ha habido un nacimiento, debido a la propia limitación de esta medida: familias con pocos recursos económicos (por ejemplo, con dos hijos no podían superar los 19.362,09 euros anuales de ingresos) y vivir en pueblos pequeños para obtener ayuda para el primer retoño.

Guardería gratis

Gil Rosiña destacó que en Extremadura, al igual que en otras comunidades autónomas, es necesario aumentar la natalidad y hacer frente al reto demográfico, pero ahora apostarán por políticas transversales. Por ejemplo, el Plan de Empleo Joven o implementar la gratuidad en la educación desde los cero a los tres años.

La reacción del presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, que fue quien implantó estas ayudas a la natalidad cuando estaba al frente de la Junta, no se hizo esperar: «Es un desprecio a los extremeños», sentenció. Al mismo tiempo que añadió: «Esta decisión responde a que la Junta está quebrada y no tiene ni un duro. Al final bajamos la persiana totalmente».

«Que me digan a mí que una pareja joven que tiene las ayudas a la natalidad en un pueblo pequeño no les viene bien, pero para los socialistas es una ridiculez», agregó Monago.