El caso de la muerte a palos de una burra en la localidad de Torreorgaz llega a juicio. Casi seis meses y medio después de que se cometiera el que posiblemente haya sido el caso de maltrato animal que mayor conmoción ha causado en la comunidad y que más duramente ha condenado la sociedad, los once menores acusados de cometerlo se sientan hoy en el banquillo de los acusados. En el Juzgado de Menores de Cáceres se celebrará, a partir de las 10.00 de la mañana, la vista oral contra ellos.

Por los hechos que supuestamente cometieron el pasado 30 de octubre, cuando celebraban la fiesta de los quintos, y que culminaron con la muerte del animal, el Ministerio Fiscal les acusa de un delito de hurto, al haber sacado sin permiso a la burra del lugar en el que se encontraba encerrada, y de un delito de maltrato a animales, por haberle causado lesiones que, como ya se determinó en su momento, le provocaron la muerte.

Pero de ser declarados culpables, estos chicos, que cuando ocurrieron los hechos contaban 17 años, menores de edad a nivel penal, es casi seguro que no ingresarán en ningún centro de menores ni serán privados de libertad, ya que estas penas no las pide para ellos la Fiscalía. Lo que esta solicitará, según su escrito de acusación provisional dado ya a conocer en marzo, es que cumplan un tiempo de trabajos en beneficio de la comunidad.

Uno de los aspectos que muy probablemente les ha sido favorable ha sido su arrepentimiento, el hecho de que públicamente pidieran perdón. Lo hicieron a través de un comunicado en el que pedían disculpas por la muerte del animal, algo que aseguraron nunca desearon; y por todo lo sucedido, pues sus hechos hicieron que la pequeña localidad de Torreorgaz, situada a apenas 15 kilómetros de Cáceres, saltara a la prensa nacional con una cara bien distinta a la que sus vecinos desean.

Por todo ello pidieron perdón, reconocieron que habían cometido un grave error y manifestaron estar dispuestos a pagar.