Cada año unas 200 familias extremeñas formalizan su deseo de aumentar la familia mediante la adopción. Son menos que hace unos años y empiezan a cambiar la tendencia hacia la adopción internacional. Un proceso que desde hace más de una década despierta más el interés por hacerlo fuera del país hasta el año pasado, cuando por primera vez las peticiones para iniciar una adopción nacional superaron a la internacional.

Las circunstancias económicas y el endurecimiento de los requisitos de países como China están detrás de este cambio de tendencia único en años. Es lo que opina la directora general de Infancia y Familia de la Junta extremeño, Mercedes Leal, con los datos en la mano y tiene su lógica. El proceso para adoptar dentro de España no tiene ningún coste económico, es libre de cargas, mientras que hacerlo en el extranjero supone diversos gastos de gestión y viajes que superan los 10.000 euros. En el 2008 un total de 225 familias solicitaron la adopción, 126 internacional y 99 dentro del país; en el 2009 fueron 169 las familias interesadas en aumentar el hogar mediante esta vía, 83 requirieron un nuevo miembro internacional y 86 del país. Y para el 2010 está preferencia continuará, según Leal. "En las peticiones que llevamos este año se observa lo mismo: las solicitudes de adopciones nacionales superan a las internacionales".

El tiempo de espera también podría estar detrás de esta nueva inclinación. "Los procesos suelen ser lentos porque además del papeleo necesario, sobre todo para la adopción internacional, hay menos niños que familias interesadas, salvo en algunos países". Además los requisitos son más rígidos, apunta Leal. "Hay familias que solicitaron la adopción hace cinco años y aún están esperando. Es el caso de China, que tuvo un gran apogeo en el 2000 y mantiene un largo proceso, que está haciendo que emerjan otros nuevos países como Etiopía, Vietnam o Rusia, los más demandados en este año".

La idea de adoptar niños o niñas fuera de España surgió en torno a los 80 como consecuencia de la disminución de la natalidad, el descenso de las adopciones nacionales y su larga espera. España llega incluso a convertirse en el segundo país del mundo en número de solicitudes internacionales, detrás de Estados Unidos.

Este tipo de adopción requiere un estudio de idoneidad de la familia distinto, que cuenta con

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