El plan es el siguiente: probar durante los próximos tres años qué especies se adaptan mejor a la tierra extremeña y, en función de los resultados, apostar por nuevos cultivos que permitan abrir posibilidades. No se descartan campos de invernaderos si el producto que se obtiene es rentable. La estrategia es averiguar futuras vías que impliquen que un sector tan importante para la región genere más puestos de trabajo.

Esas son las bases del recién presentado Plan Estratégico de la Fruta, una inciativa de la Junta de Extremadura y la Asociación de Fruticultores (Afruex), que quiere potenciar especies como la granada, el caqui, el higo, el kiwi o los berrys para multiplicar la mano de obra en la recogida de la fruta. De esta forma, la campaña pasaría de durar 4 ó 5 meses (de finales de mayo a principios de octubre, dependiendo de las condiciones de cada año) a 11. Supondría duplicar el número de jornales: se subiría de los 6 millones anuales a los entre 10 y 12 millones. «Hay que tener en cuenta que en la recogida de fruta todo es a mano, de manera que el incremento de empleo sería muy notorio», explica Miguel Ángel Gómez, director gerente de Afruex. Y añade: «Tenemos que conseguir que las centrales frutícolas sean rentables, porque cuesta mucho dinero mantenerlas, pero también debemos tener en cuenta que el calendario que implantemos no coincida con otras zonas de producción».

YA EN MARCHA / Hay empresas que ya están desarrollando estas nuevas vías, como es el caso de Sol de Valdivia, en la provincia de Badajoz. Su director, José Escobar, indica que su opción son los caquis y las granadas, pero de momento representan solo el 10% de toda la explotación, donde abunda la ciruela y el melocotón. «Llevamos dos años con estos nuevos cultivos, es a partir del tercero cuando se pueden valorar los resultados y saber si merece la pena ampliarlos», explica.

Esa será la línea que se lleve a cabo desde Agricultura. Será el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) el encargado de analizar las nuevas especies y variedades -de la ciruela, por ejemplo- para obtener un producto competitivo.

«Tenemos clima, agua y suelo para poder probar distintas opciones, incluyendo los campos de invernaderos. Y estamos respondiendo a la demanda y las necesidades del sector», asegura Manuel Mejías, director general de Desarrollo Rural. «Además, sería una manera de potenciar el empleo femenino, porque la mujer está muy presente tanto en la campaña de recogida como en las centrales frutícolas», añade.

También quiere destacar la importancia de la formación: «El plan estratégico incluye igualmente el requisito de formar al capital humano en función de los nuevos avances».

De cara a la campaña de la fruta de este año, el director gerente de Afruex asegura que se espera una producción en torno a las 300.000 toneladas, «una cantidad que se ubica dentro de los valores medios de los últimos ejercicios». «Las condiciones climatológicas no han sido malas, salvo algunos episodios de tormentas o granizos en zonas muy localizadas», añade.

La ciruela continua como la fruta estrella en Extremadura, ya que copará en torno a un 33% del total de la producción, seguida por el melocotón, la nectarina y la cereza. Asimismo, productos como el caqui o la granada ya van haciéndose su hueco. Y es ese mercado de nuevas especies el que se pretende impulsar para lograr más empleo.