Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, recibía ayer el doctorado honoris causa por la Pontificia, que reconoció de este modo su amplia labor periodística (fue durante 15 años presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, cronista del Concilio Vaticano II y articulista en el Ya , entre otras actividades), su promoción a los estudios periodísticos en la universidad católica, y, fundamentalmente, su modo de acercar Teología y fe a los mass media "arrastrando a sus oyentes y lectores por sus palabras acertadas y su imaginación chispeante", como aseguraba el Gran Canciller, Ricardo Blázquez.

Con este caldo de cultivo, Montero --en presencia del presidente de la Junta de Extremadura-- no dudó en lanzarle una crítica a la Iglesia y sus "asignaturas pendientes" en materia de comunicación. Pidió apertura mediática, "política de ventanas abiertas" y recordó que "si no salimos en la foto, no existimos".

EL ´MEA CULPA´ "En nuestra cara oculta está la ausencia clamorosa en la prensa diaria y semanal de vasta circulación". El arzobispo de Mérida-Badajoz reconoció que la Iglesia sigue fallando en "nuestra escasa conciencia operativa ante la nueva era mediática y el montaje rudimentario de nuestra información institucional". Para encontrar una solución, Montero abogó por "superar la mentalidad defensiva, victimista, de repliegue o de acusación, de cara al mundo periodístico en su acepción más común" y por potenciar "servicios de acogida amable a quien se interesa o pregunta, de fluidez en el trato con los periodistas y asimilados, de amplio despliegue en las relaciones públicas y, sobre todo ello, una sincera transparencia. Debemos informar a la información".

Montero aprovechó para pedirle al Gobierno de Zapatero "la pronta creación de un Consejo del Audiovisual capaz de sacar a las grandes cadenas televisivas de la postración cultural y moral que ahora las envilece" y la "implantación de un nuevo modelo de TV pública hasta convertirla en referente de la grandeza y dignidad de nuestro pueblo".