El arzobispo de Mérida-Badajoz, monseñor Santiago García Aracil, ha deseado a los extremeños "paz, toda suerte de parabienes y el goce de la verdadera alegría" para estas fiestas y para el 2008. García Aracil, en su mensaje navideño destacó que ha pedido "al Señor que nos ayude a vivir cada vez más intensamente la alegría de sentirse querido por Dios, a pesar de nuestra pequeñeces y pecados".

El arzobispo también tuvo unas palabras para quienes "no participan de la fe cristina". En este caso, les deseó "un pleno encuentro con la verdad, una constante experiencia del amor desinteresado, y el disfrute permanente de la paz interior y exterior".

Asimismo, entre otras cosas, pidió "compenetración matrimonial, generosidad en la atención de unos a otros" y reseñó la importancia de la familia como "núcleo de la sociedad y el ámbito más apropiado para la educación humana y cristiana".

Monseñor García Aracil además tuvo palabras de afecto para toda la sociedad extremeña, desde los niños a los mayores, pasando por los jóvenes, los enfermos e incluso los responsables políticos. A estos les instó a "que trabajen con ilusión por el bien común", por encima de intereses personales, y que asuman "con humildad la corrección de sus errores".