La ciudad de Badajoz es el motor del crecimiento demográfico de Extremadura en el último año, a juzgar por los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero del 2005. La capital pacense concentra el 40% de habitantes que ha ganado el censo extremeño a lo largo del 2004, ya que de los 5.593 nuevos habitantes en ese año, 3.384 se han empadronado en Badajoz. Cáceres, Mérida, Plasencia y Don Benito también han experimentado un aumento de población es este período, en detrimento de las localidades más pequeñas, que continúan su progresiva pérdida poblacional. Un factor determinante en este auge censal, como también sucede en España, es la masiva llegada de extranjeros a los principales núcleos urbanos extremeños.

Los datos del INE son clarificadores en este sentido, dado que de esos casi 8.600 habitantes más en la región el pasado año, cerca de 5.000 son inmigrantes.

Las cifras también son significativas a la hora de relacionar el incremento del censo en la ciudad de Badajoz con el aumento general en la región. Ese efecto se refleja en que la provincia pacense haya contabilizado el último año 7.403 personas más, frente a las 1.190 registradas en tierras cacereñas, para situar la población en 671.299 y 412.580 habitantes respectivamente, dejando el censo extremeño en 1.083.879 personas.

CRECIMIENTO PROGRESIVO La revisión progresiva del padrón municipal pone en evidencia que el crecimiento del año pasado ha sido, con creces, el mayor de los últimos tiempos, y que la oscilación al alza ha coincido siempre con la llegada de extranjeros a las principales ciudades extremeñas. Así, a 1 de enero del 2002 se registró una disminución del censo de 331 personas; en el 2003 creció en 900, un año después aumentó en 1.400 y a principios de este año ya había empadronadas casi 8.600 personas más.

Otro aspecto destacado de las cifras del INE es la evolución de distribución geográfica de la población. Un hecho contrastado es que a lo largo del pasado año, los habitantes de las poblaciones más pequeñas se marcharon a lugares de mayor afluencia. Un ejemplo, en el último año las poblaciones de menos de 5.000 habitantes han perdido 6.750 habitantes. Pese a ello, 403.000 personas --el 37% de la población extremeña-- vivian a 1 de enero de este año en localidades de hasta 5.000 habitantes.

A este respecto, cabe señalar que el 50% del total de municipios extremeños (194 de los 383 existentes) tienen menos de 1.000 habitantes, y que el 96% (368) no supera los 5.000; lo que demuestra que Extremadura sigue siendo una región eminentemente rural.