La alarma ha saltado. Las sospechas levantadas contra oenegés como Anesvad o, más recientemente, Intevida provocan que mucha gente ponga en entredicho la labor de estas organizaciones. Así lo reconoce el presidente de la Coordinadora Extremeña de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo, Manuel Díaz, que afirma que "la mala imagen que transmiten estos sucesos pueden provocar que paguemos justos por pecadores".

Sin embargo, Díaz recalca que la obsesión de las oenegés es la transparencia, ya que de ella depende su capacidad para conseguir los fondos para sus proyectos. Además, estas organizaciones están especialmente vigiladas por las administraciones, que son su principal fuente de financiación. Este fenómeno resulta especialmente evidente en Extremadura, donde, aparte de las filiales de grandes oenegés (como Intermón Oxfam o Manos Unidas), estas tienen pocos socios y se nutren fundamentalmente de las ayudas públicas.

La Consejería de Bienestar Social controla directamente a que se destinan las subvenciones que concede a las oenegés con presencia en la región. Para ello, estas realizan una justificación económica --con facturas, principalmente-- y técnica --a través de memorias, informes...-- del gasto del total de los fondos otorgados. Así, deben justificar el gasto de la mitad de la ayuda obtenida y, una vez confirmada su acreditación, se le entrega el otro 50%, que también debe justificarse.

Además, personal de Bienestar Social realiza un seguimiento in situ de los proyectos más destacados, desplazándose a la zona donde se desarrollan. Este año, la Junta colabora con 46 oenegés, aunque no todas realizan proyectos de cooperación. En general, en la Consejería destacan la completa colaboración de estas organizaciones, así como la "pulcritud y limpieza" con que desarrollan su labor.

SOMETIDAS A CONTROLES Así lo confirma Ana María González, directora de Amigos del Pueblo Saharaui Extremadura, que insiste en que las oenegés que dependen de fondos públicos "están absolutamente sometidas a controles periódicos de las administraciones en los que hay que justificar cada gasto puntual". Por ello, añade, los proyectos presentados a los distintos organismos suelen desarrollarse ajustándose milimétricamente a la subvención.

De momento, esta oenegé no han recibido ninguna petición de baja de sus socios por la polémica del caso Intervida , pero reconoce que estas noticias "hacen daño" a los miles de voluntarios y colaboradores que "desinteresadamente" trabajan por la cooperación y el desarrollo en el Tercer Mundo". González afirma que "nos parece bien que salgan a la luz estas noticias, pero habría que resaltar que la mayoría de las oenegés son eficaces porque manejan pocos recursos".

En cuanto a las oenegés más grandes, el delegado de Intermón Oxfam en Extremadura, Antonio Vacas, recalca que esta entidad tiene contratadas auditoras externas para controlar sus cuentas. Además, una vez al año realizan un balance público, al que se suma las auditorías de las subvenciones públicas. Quien lo desee, recuerda, puede consultar las auditorías en su web.