No es su objetivo reabrir viejas heridas, sino cerrar las que aún perduran para que cicatricen correctamente y para siempre. Este es el punto de partida de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que ayer celebró su asamblea constituyente en Cáceres y hoy mismo se pone manos a la obra para darle una "sepultura digna" a los desaparecidos víctimas del franquismo.

El colectivo, formado por familiares de asesinados por la Dictadura de toda la región, ha decidido comenzar en una antigua mina de Alburquerque la búsqueda e identificación de los cuerpos de estas personas, que se cuentan por varios miles en Extremadura. A menudo, los restos se agolpan en fosas próximas a cunetas de carreteras. Según avanzó la presidenta de la asociación, Carmen Pereira, el próximo lugar en comenzar los trabajos será Llerena.

El vicepresidente del colectivo es Santos Jorna, responsable de la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (Adhex). Entre los fines figuran el estudio y la difusión de todo lo relacionado con las víctimas del franquismo, promover las investigaciones en este campo, recopilar fuentes documentales y crear un archivo.

UNA TAREA COMPLICADA

La asociación es consciente de que tiene por delante una tarea "muy ardua" pero se apoya en la resolución del Congreso de los Diputados del 20 de noviembre pasado. El texto insta a las Administraciones, particularmente a los ayuntamientos, a apoyar cuantas actuaciones se lleven a cabo en favor de los desaparecidos. Pereira explicó, además, que España está obligada a respaldar estas iniciativas por ser un Estado firmante de la Carta de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU).

Ayer se celebró en Cáceres el primer gran acto de la asociación en el cuartel de Santa Isabel, en Cáceres, en cuyas proximidades hubo 500 fusilados del bando republicano entre 1936, año del inicio de la guerra civil, y 1945. El colectivo es consciente de los trabajos de búsqueda son caros y precisan de permisos, por lo que pedirá al Estado que colabore.