Que en Cáceres hay devoción popular por la Semana Santa y sus procesiones casi nadie lo duda a la vista del éxito de público de todos los desfiles. La confirmación definitiva se repite cada madrugada del Viernes Santo y se extiende a lo largo del día, el más intenso de la semana, en el que este año se estrenó Carmen Heras como alcaldesa en el acompañamiento a la procesión del Santo Entierro.

Aguardar a que den las cinco de la mañana para asistir a uno de esos desfiles, aunque sea uno de los más vistosos y numerosos en cuanto a imaginería, tiene mérito devoto. Y aguantar hasta su conclusión cuatro horas después, casi una hazaña.

Pues cientos de personas hicieron todo eso en la madrugada del Viernes Santo para ver los diez pasos de la cofradía del Nazareno y la Misericordia en la tradicional procesión de la madrugá . "Hubo más público que otros años y muchos más cofrades. Creíamos que habíamos tocado techo en el número de hermanos, pero la participación fue masiva", contó satisfecho el vicemayordomo de la hermandad, Santos Benítez.

Este desfile y su capacidad de atracción reafirma que la Semana Santa de Cáceres va a más. Tanto que hasta las procesiones se hacen más lentas y largas por el incremento de participación. Pasó con la madrugá . Hasta seis saetas dedicaron a la Virgen de las Angustias solo en la plaza Mayor, pero también desde la salida --la tradicional de Juan Borrasca-- y durante todo el recorrido al Cristo de las Indulgencias y otros pasos, lo que ralentizó algo el avance de la comitiva.

LA LECCION DE LOS NIÑOS También imprimió cierta lentitud al desfile la incorporación este año de paradas programadas para que el director espiritual de la cofradía, Juan Manuel Cuadrado, ofreciera una reflexión cristiana a todos los asistentes.

Al desfile se incorporó a última hora el Cristo de los Milagros, que cargaron 60 niños de 10 a 12 años, que hicieron durante el recorrido seis relevos. "Dieron una lección de saber estar y seriedad", aseguró Benítez. El paso desfiló entre el del Calvario y el Cristo de las Indulgencias.

De las otras tres procesiones que deparó la jornada, destacó la cita especial de la cofradía del Vía-Crucis y del Santísimo Cristo del Calvario, más conocida por la de los Estudiantes. La hermandad celebraba su 50 aniversario. Para ello varió su recorrido habitual y recaló en Santa María.

Allí la esperaba el obispo, Francisco Cerro, que recibió la vara de mando de la cofradía del mayordomo, Antonio de Manuel Carrasco, y se hizo lectura de la bendición que el Papa efectuó con motivo de la efemérides.

Un tiempo apacible y, sobre todo, la ausencia de lluvia acompañó todos los desfiles del Viernes Santo, lo que propició una gran afluencia a las cuatro citas del día. Especialmente multitudinaria fue también la procesión del Santo Entierro, donde se pudo ver a la plana mayor de la corporación municipal acompañando a sus dos pasos: el Cristo Yacente y la Virgen de la Soledad.

La alcaldesa, Carmen Heras, ausente de todas las procesiones anteriores y actos municipales por un asunto familiar, reapareció en este desfile portando el bastón de mando y confirmando con su presencia el apoyo municipal y del PSOE a la Semana Santa cacereña.