Los problemas vinculados a la llegada de emigrantes para trabajar en las campañas agrícolas en la región, sobre todo en la vendimia y la recogida de la aceituna en Tierra de Barros, no son una novedad. Los campamentos ilegales han sido habituales en los últimos años, pero se hicieron insostenibles hasta el punto de que el municipio de Santa Marta de los Barros se declaró en septiembre del 2007 "desbordado" por la presencia de 1.500 rumanos en asentamientos ilegales. Desde entonces, la mayoría de los pueblos de la zona han promulgado ordenanzas prohibiendo las acampadas --aparte de la normativa regional-- y este problema parece haber desaparecido, pero dando paso al de las naves y pisos ´patera´.