Los carnavales se despidieron de Mérida con una elevada participación ciudadana, donde los cantacalles y la carpa instalada en la plaza de España han sido un éxito.

Así lo afirmó ayer el presidente de la Asociación Cultural Carnaval Romano, Andrés Madrigal, quien destacó que los cantacalles, una actividad ideada por la comparsa Los Cazurros Romanos, habían colapsados las calles Santa Eulalia y John Lennon cuando actuaron los diferentes grupos.

Madrigal también destacó la recuperación de grupos de ciudadanos, que no forman parte ni de comparsas ni de chirigotas, pero que salieron disfrazados, y de la incorporación a los pasacalles de asociaciones de vecinos y de entidades que no eran de Mérida. En cuanto al nivel de las comparsas y chirigotas, Madrigal indicó que "ha subido, tanto en calidad musical como vocal y de decorados".

Por otro lado, lamentó la escasa presencia de miembros de la junta local de gobierno a los diferentes actos, "pero entendemos que cada uno es libre de ir a donde quiera".

En cuanto al entierro de la sardina, unas 300 personas acompañaron a la finada desde el parque López de Ayala hasta el río Guadiana, donde fue incinerada en medio de grandes muestras de dolor. Los actos empezaron a las nueve de la noche y terminaron con fuegos artificiales.