Casimiro Sánchez, exalcalde de Barrado, fue ejecutado el 25 de octubre de 1936. Su nieto, Juan Antonio Paniagua, se refiere a él como una persona comprometida con su tiempo. Era agricultor y cuando regresaba de trabajar en el campo se dedicaba a enseñar a leer y escribir a sus convecinos, sin cobrarles nada, además de participar en todas las actuaciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de su pueblo. Todo ello le facilitó el acceso a la alcaldía. Fue emigrante en Brasil y formó parte de la Sociedad Socialista de Oficios Varios de Barrado. Como alcalde, "su obsesión era comunicar Barrado" con el exterior, ya que es un pueblo de montaña. Y pese a su corto mandato logró gestionar el trazado de la carretera.