Cetarsa, la industria transformadora que concentra casi cuatro quintas partes de las compras de tabaco extremeño, se comprometió ayer con las agrupaciones de productores a no bajar esta campaña más del 5% la contratación de la variedad virginia, la que supone el grueso de la producción. Esta compañía convocó ayer a una reunión a las ocho agrupaciones de productores del sector, seis de ellas extremeñas, que en conjunto suman casi la totalidad de la cosecha de tabaco. «La cosa no ha ido mal, aunque esperábamos algo más», resumía ayer al término del encuentro Dionisio Sánchez Pulido, gerente de Asociaciones Agrupadas Tab, entidad que la pasada campaña representó cerca del 40% de la contratación de Cetarsa.

La superficie de cultivo de tabaco contratada en Extremadura en la última campaña fue de 8.750 hectáreas, que se han traducido en unas 29.500 toneladas, el 97% del total de la producción española.

Cetarsa contrató el pasado año casi 22.000 toneladas de la variedad virginia (de un total de 28.240). Para este ejercicio, la intención mostrada ayer es la de no superar en ninguna de las agrupaciones una reducción del 5% en volumen, con lo que el recorte sería de 1.100 toneladas en total como tope. El cuanto al precio, en principio se incrementará un 1,5% sobre los 2,25-2,26 euros por kilogramo que se pagaron la pasada campaña, a condición de que «se mantengan los niveles de calidad de esta cosecha, que ha sido buena», matizó Sánchez Pulido. «En volúmenes entendemos que han hecho un esfuerzo, porque la reducción de compras de las multinacionales es superior a la que ellos realizan, pero en precios esperamos algo más y que sean acordes a los costes de producción», resaltó. En este sentido, avanzó que, a partir de la «base» anunciada ayer, «vamos a intentar que la subida de precios sea un poco mayor y que el volumen de reducción no llegue al 5%».

En el caso de la variedad burley sí que habrá un retroceso significativo. De 1.100 toneladas se pasará a algo más de setecientos mil kilogramos. «Dan la opción de cambiarse a virginia, con lo que la disminución para el agricultor que ponga burley a lo mejor es un poco inferior». Para esta variedad se mantiene el precio, que el año pasado estuvo en torno a 1,49-1,50 euros kilo. «Aquí hemos salvado los muebles», incidió Sánchez, quien reconoció que Cetarsa ha hecho «un esfuerzo grande» con esta variedad, porque de burley no tiene en estos momentos «ningún comprador, pero ellos sí van a comprar». De este recorte quedaría fuera la parte de burley que se destina a la producción de snus —un tabaco que se consume vía oral y que es muy popular en Suecia— que seguiría en unas trescientas toneladas. Tampoco habrá cambios en la contratación de la variedad havana, con unas cuatrocientas toneladas. En ambos casos el precio subirá un 1,5%.

OTRAS INDUSTRIAS / Una vez conocidas las intenciones de Cetarsa, queda por saber qué harán las otras tres industrias de primera transformación que operan en España. «Deltafina parece ser que va a comprar los mismos volúmenes que el año pasado [3.995 toneladas] y Mella y Agroexpansión [que adquirieron 1.216 y 1.089 toneladas, respectivamente], no sabemos exactamente lo que comprarán este año», apuntó el responsable de Asociaciones Agrupadas Tab,