Cerca del 20% de las viviendas vendidas en los últimos años en Extremadura se adquirieron para especular. Según los datos que maneja el sector en la región, y dependiendo de la zona en la que se adquiera el inmueble, en dos o tres años este tipo de comprador puede triplicar la inversión inicial o conseguir unas ganancias próximas al 20% tan sólo en los meses que dura el proceso de construcción del edificio.

En las últimas fechas es frecuente ver en la región carteles anunciando la venta de pisos en edificios de reciente construcción, algo que, según las inmobiliarias, se da cada vez en mayor medida. De hecho, en la comunidad se construyen y venden cada año alrededor de 10.000 pisos, de los que unos 2.000 acaban en manos de los especuladores. En este sentido, las agencias sostienen que este tipo de compradores realizan las reservas de las viviendas en cuanto salen las promociones, a fin de venderlas una vez se terminen las obras. Como ejemplo, la pasada semana el cliente de una promotora cacereña adquirió sobre plano tres viviendas unifamiliares de una promoción con el objetivo de ponerlas a la venta tras su construcción.

MAS SEGURO QUE LA BOLSA

Las promotoras inciden en que el auge cobrado en la región por este tipo de prácticas se debe también a que muchos extremeños han decidido dejar de invertir sus ahorros en bolsa y hacerlo en la vivienda, el único sector en el que los beneficios son seguros. Pero para poder especular con la vivienda se necesita "tener dinero y ser valiente", indican desde las agencias inmobiliarias, que aseguran que la cantidad mínima necesaria para realizar la inversión inicial oscila entre 12.000 y 30.000 euros (2 y 5 millones de pesetas).

Existe más de un método para rentabilizar la compra de una vivienda. En este sentido, muchos inversores optan por adquirir la casa y ponerla en alquiler, con lo que las mensualidades permiten hacer frente a los pagos de la hipoteca. En otras ocasiones, si no se prevé una alta rentabilidad a corto plazo, se llega a dejar el piso vació a la espera de que la zona en cuestión se revalorice. De esta forma se consigue tener la vivienda disponible para venderla en el momento justo sin ningún problema, algo que puede complicarse si se tiene un inquilino. De hecho, el último censo del Instituto Nacional de Estadística apunta que en la comunidad extremeña hay en estos momentos más de 103.000 pisos vacíos.

En cuanto al perfil del especulador inmobiliario, las agencias sostienen que es amplio y abarca desde el empresario que realiza este tipo de operaciones como complemento a sus negocios, hasta el jubilado que invierte sus ahorros en la compra de una vivienda. Además, este tipo de prácticas suele centrarse en las principales ciudades extremeñas.