Los extremeños mostraron de nuevo ayer al mediodía, con su silencio, su repulsa a los atentados de ETA como el cometido el pasado viernes en la localidad navarra de Sangüesa, atendiendo a la convocatoria de la Federación Española de Municipios y Provincias y del Gobierno vasco.

De este modo, las principales ciudades de la región se convirtieron de nuevo en escenario de las protestas y rechazo a este atentado, que costó la vida a dos policías nacionales, Bonifacio Martín y Julián Embid, y heridas graves a otro.

Así, en Badajoz, alrededor de 150 personas guardaron cinco minutos de silencio ante el Ayuntamiento de Badajoz en memoria de los dos policías nacionales asesinados durante un acto que estuvo presidido por el delegado del Gobierno en Extremadura, Oscar Baselga, y el presidente de la Diputación de Badajoz,Juan María Vázquez.

Tras los cinco minutos de silencio, la teniente de alcalde, Cristina Herrera, leyó un manifiesto mediante el que subrayó que los agentes fallecidos "eran personas normales como nosotros, pero una vez más la vileza, la sinrazón, el fanatismo y la intransigencia acabaron con la vida de dos inocentes".

Por su parte, el Ayuntamiento de Cáceres condenó este atentado, mientras que los miembros de la Corporación municipal en funciones y algunos de los ediles electos guardaron cinco minutos de silencio a las puertas del consistorio en señal de repulsa y en homenaje a las víctimas.

En Mérida, la pancarta ´ETA no ¡basta ya!´ presidió la concentración que más de medio centenar de personas protagonizó ante las puertas del consistorio, entre los que se encontraban ciudadanos, representantes municipales, policías locales y nacionales. En Plasencia se volvió a protestar en silencio con una concentración a las puertas del ayuntamiento, al frente de la cual estuvo el alcalde, José Luis Díaz.