Que la escuela extremeña está perdiendo alumnos no es ninguna novedad. Lo viene haciendo ya desde hace años. Hay menos nacimientos y la emigración, sobre todo de jóvenes, tampoco ayuda. El reflejo de este problema demográfico se aprecia en las escuelas extremeñas.

En el curso actual (2017/2018) los colegios de la región cuentan con más de 92.600 alumnos de Infantil (segundo ciclo que va de 3 a 6 años) y Primaria. Pero es que en el curso 2010-2011 se superaban los 96.650 matriculados en estas dos etapas. La comparativa arroja que las escuelas han perdido unos 4.000 pequeños estudiantes (de entre 3 y 12 años de edad) en apenas siete años, la mayoría, casi el 76%, en el segundo ciclo de Infantil.

Y esto tiene consecuencias directas en la planificación de los colegios. Si en el 2010 esos 96.600 alumnos formaban 5.282 aulas o unidades docentes, ahora en el curso actual son 5.096, según los datos facilitados por la Consejería de Educación y Empleo. Esto significa que en los últimos siete años, la administración educativa ha suprimido un total de 186 aulas de Infantil y Primaria. Y quien más pierde es la escuela pública. De estas 186 unidades menos, 181 corresponden a centros de enseñanza públicos y el resto a la escuela concertada.

A PEOR / Pero la cifra seguirá incrementándose. Para el próximo curso, las delegaciones provinciales de Educación han propuesto eliminar alrededor de medio centenar de unidades docentes en los centros públicos (en la concertada la planificación, lo que se conoce como arreglo escolar, se realiza más adelante). Esto es solo una propuesta y aún puede cambiar mucho como ya ocurrió el año pasado. Según la consejería de las 37 que se propusieron inicialmente, finalmente este curso solo se han suprimido siete aulas tras evaluar las propuestas de las delegaciones provinciales y negociarlas con los sindicatos. Y eso que desde Educación aseguraron que si se atendía solo a criterios técnicos tendría que haberse cerrado el doble de las 37 propuestas inicialmente. En la concertada también se han eliminado este curso dos unidades docentes.

Más allá de la cifra final, la realidad que reflejan las estadísticas evidencia un problema de difícil solución, que trasciende a la escuela, y reabre el eterno debate entre la enseñanza pública y la concertada.

Porque lo cierto es que pese al problema demográfico generalizado, la escuela concertada ha logrado mantenerse e incluso crecer en número de alumnos aunque eso esí, solo en Primaria, donde actualmente tienen unas 250 matrículas más que en el curso 2010-2011, según los datos facilitados por la Consejería de Educación. En Infantil, sin embargo, pierden casi 800 alumnos en los últimos siete años. Y esto también tiene su reflejo en el número de unidades, con cinco menos en este periodo.

Mientras se planifican las necesidades el próximo curso, tanto de unidades como de docentes, los sindicatos educativos reclaman que no se supriman unidades y que la disminución de alumnos se aproveche para mejorar la calidad y rebajar las ratios de alumnos por profesor con el fin de impartir una enseñanza más individualizada.

Desde PIDE, además, insisten en que no se eliminen aulas en la escuela pública en todas aquellas localidades donde existe enseñanza concertada. «La enseñanza pública es la base de nuestro sistema educativo y la concertada es complementaria allí donde la oferta pública sea insuficiente, por lo que sería una malversación de fondos públicos el suprimir unidades en los centros públicos para mantener subvencionadas innecesariamente las unidades de los centros privados de la misma localidad», afirma.