Los ayuntamientos de Monesterio, El Real de la Jara (Sevilla) y Cala (Huelva) se suman a la búsqueda de soluciones para que no se produzca el cierre prematuro de la mina de níquel de Aguablanca. Los representantes políticos de la comarca minera, que aglutina a diferentes localidades extremeñas y andaluzas, de donde proceden en su mayoría los casi 400 trabajadores afectados por el anuncio del cese de la actividad por parte de la empresa Río Narcea, celebran sesiones plenarias en contra del cierre de la explotación y a favor de los trabajadores. El primero de esto plenos se celebró el viernes por la noche en el Ayuntamiento de Monesterio. El alcalde de El Real de la Jara lo celebró ayer, mientras que la corporación de Cala se reúne el martes.

"Es tiempo de trabajar todos unidos", manifestó el alcalde monesteriense, Antonio Garrote, ante un abarrotado salón de plenos, con la presencia de casi un centenar de mineros y familiares, que acudieron a esta convocatoria, en la que los diferentes grupos políticos aprobaron por mayoría absoluta la declaración de la alcaldía. "La mina no se cierra. La empresa debe seguir buscando soluciones para que no se produzca el cierre de una explotación que, aunque con fecha de caducidad, no debe ser necesariamente ahora". Tanto el edil como los portavoces de los grupos políticos PSOE, SIEx y PP coincidieron en que no hay ninguna razón para "este cierre apresurado", coincidiendo con lo manifestado por el presidente de la Junta de Extremadura y por los secretarios generales de UGT y CCOO.

En uno de los párrafos de la declaración de apoyo, el consistorio recuerda a la empresa su deuda con la sociedad de esta comarca, "que de una forma u otra ha apoyado y facilitado el desarrollo de la actividad, concediendo subvenciones vía incentivos regionales a la inversión, contribuyendo a la eliminación de obstáculos como la falta de agua o los accesos a la explotación, impulsando trámites administrativos, facilitando naves de almacenamiento, locales para oficinas, etcétera". El texto, ratificado de forma unánime y muy aplaudido por los asistentes tras su aprobación, enfatiza en el compromiso de la empresa minera con la población y puntualiza que sus decisiones, "que se toman a miles de kilómetros", no pueden depender exclusivamente de los vaivenes en los mercados. La declaración concluye exigiendo a la empresa "soluciones lógicas y equilibradas a los problemas que se plantean, tal y como se ha hecho hasta ahora".

De hecho y con la intención de hacer más visible el apoyo a los trabajadores, el ayuntamiento ha desplegado dos grandes pancartas en las fachadas de la casa consistorial, con la leyenda 'No al cierre de la mina de Aguablanca'.

Por su parte, Carmelo Cubero, alcalde de El Real de la Jara, también resaltó que "es momento de estar unidos, todos los pueblos y todas las administraciones implicadas, para buscar soluciones y salvar la explotación y los puestos de trabajo más allá de las siglas y el color de cada uno". Al pleno en la localidad sevillana acudieron los alcaldes de las localidades afectadas: alcaldes de Monesterio (PSOE), Cala (IU) y Santa Olalla (PP).