Casi siete años después de que en la carretera Cáceres-Trujillo se produjera uno de los accidentes de autobús más trágicos de los ocurridos en Extremadura, la colisión entre un turismo y un autobús de la línea Cáceres-Madrid de Auto-Res que dejó dos muertos y 46 heridos, los afectados se vieron ayer obligados a revivir la tragedia y sus consecuencias. Lo hicieron en el juicio que se celebró en el Juzgado 1 de Trujillo, cuya sala de vistas se quedó pequeña para acoger a los 23 abogados --representantes de los heridos y de las aseguradoras de los dos vehículos implicados--, afectados, familiares y medios de comunicación.

Junto a los letrados, dispersos por toda la sala, se encontraban una treintena de afectados --más de una decena no compareció-- que nerviosos revivieron unos hechos que la mayoría aún no ha logrado superar.

En el primer banco, juntos, los dos conductores, que se enfrentan a penas de multas, ya que la Fiscalía resolvió que en este suceso no se cometió ningún delito, sino solo una falta por imprudencia, aunque eso sí, con resultado de muerte.

En su declaración, la conductora del turismo, una joven que contaba 26 años en el momento de los hechos, dijo no recordar bien el accidente. "Solo recuerdo que perdí el control del coche y se me fue al otro carril, pero no sé por qué ocurrió", aseguró al tiempo que afirmaba que lo que sí recordaba era que no iba hablando por el móvil. Y el del autobús señaló que el turismo invadió dos veces su carril. La primera, recordó, vio el coche a unos 300 metros, por lo que se orilló, tocó el claxon y consiguió alertarle. Cuando vio que el coche volvía a su carril, añadió, reinició la marcha, "pero de repente el coche volvió a invadir mi carril y no me dio tiempo a reaccionar para esquivarle" y volcó.

Para su abogado, José Luis Pérez Mena, así lo declaró a EL PERIODICO, no hay nada que pruebe su responsabilidad en el accidente, y por ello, "por ausencia total de responsabilidad, vamos a pedir su libre absolución ". Y además, añadió, "como una víctima más que es, pues sufrió lesiones por las que estuvo de baja 103 días y de las que le han quedado secuelas", reclama para él, como el resto de los heridos, "indemnización por los perjuicios económicos causados".

Mientras, el abogado de la conductora del turismo, Javier Vega, tras reconocer que hay un informe de tráfico que achaca a ella la responsabilidad del accidente, entiende "no descartado que pudiera haber habido un fallo mecánico". No obstante, añadió, "de determinarse que Sandra tiene responsabilidad en la causa del accidente, nosotros consideramos que existe una corresponsabilidad activa del conductor del autobús, pues la maniobra que ejecutó fue totalmente incorrecta".

LOS AFECTADOS Especialmente duras se hicieron para todos las testificales de los afectados --la mayoría son de Extremadura o Madrid, pero también hay afectados de otras comunidades, como Aragón o el País Vasco--, que uno a uno tuvieron que recordar en sus declaraciones tanto el suceso como las heridas y las consecuencias de las mismas, como miembros amputados, continuas intervenciones quirúrgicas --hasta 16 en un caso--, tratamientos psicológicos...

También se puso de manifiesto que son muchos los heridos en aquel trágico accidente del 18 de mayo del 2003 que, como consecuencia de las heridas causadas, sufren secuelas invalidantes para el desempeño de ciertas tareas, tanto laborales como cotidianas; o que incluso les ha sido reconocida por la Seguridad Social la incapacidad permanente total.

Y tras sus declaraciones, sus respectivos letrados aportaron los diferentes informes sobre gastos médicos, farmacéuticos, fisioterapéuticos, de rehabilitación, ortopédicos... que han tenido que afrontar desde el accidente y con los que justifican las indemnizaciones que, en cada caso, reclaman.

Tras las sesiones de mañana y tarde de ayer, el juicio seguirá hoy.