Católicos de corazón o sólo de comuniones, bodas y funerales? Esta es la testaruda encrucijada en que se mueve la sociedad española, y la extremeña en particular. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha aportado algo de luz sobre el asunto. Sus resultados son en cierta medida previsibles pero a la vez contradictorios en una época en la que casos aislados de corrupción, especulación financiera y pederastia han situado a la institución eclesiástica a los pies de los caballos. El sondeo científico del CIS, realizado en septiembre, revela que Extremadura es la autonomía con mayor número de católicos declarados, un 94,4% --diez puntos por encima de la media nacional--, de los que cerca del 46% reconoce que "casi nunca" va a misa.

"Estas cifras se acercan mucho a la realidad, los extremeños nos consideramos muy católicos de boquilla, pero a la hora de la verdad no hay tantos que asistan a los cultos oficiales", reflexiona Antonio Cano, párroco de Pasarón, un pequeño pueblo de La Vera.

Frente al apabullante número de católicos declarados, un 3,3% de los extremeños asegura no ser creyente, un 1,2% se define "ateo" y un 0,8% "creyente de otra religión", proporción esta última similar al peso que tiene actualmente la inmigración en la comunidad autónoma.

EL MAPA NACIONAL DE LA FE

En el mapa nacional, se aprecia que España es cada vez más un país de bautizados y confirmados, y menos un estado de católicos. Además, a grandes rasgos, se vislumbra un sur socialista y eminentemente católico y un norte de centro derecha y con mayor número de arreligiosos.

Autonomías como Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, gobernadas por el Partido Socialista con mayorías absolutas, tienen los mayores porcentajes de católicos declarados, mientras que --al margen Ceuta y Melilla, con gran número de población musulmana-- Cataluña, Madrid y País Vasco, con gobiernos presididos por democristianos o coaligados con formaciones que se dicen católicas, están más de veinte puntos por debajo.

Volviendo al caso concreto de Extremadura, el medidor de fe aplicado por el CIS ofrece otros resultados reveladores.

EL DESGLOSE DEL CIS

Ante la pregunta "con qué frecuencia asiste usted a misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales", un 45,8% respondió que "casi nunca" y sólo un 17,3% que "todos los domingos y festivos". El 24%, "varias veces al año"; el 11,4%, "alguna vez al mes"; y únicamente un 1,3% reconoció que "varias veces a la semana".

Según diversos teólogos y sacerdotes consultados por EL PERIODICO EXTREMADURA, este escenario avala la crisis de creencia y de valores que desde hace años sufre el catolicismo en el conjunto del territorio nacional.

No extraña por ello que haya expertos que defienden ahora más que nunca la necesidad de una labor evangelizadora por parte de los fieles. Este mismo año, en el semanario Iglesia en Camino , medio de comunicación del Arzobispado de Mérida-Badajoz, el teólogo Amadeo Rodríguez Magro escribía: "En una sociedad en la que lo religioso tiene cada vez menos relieve, es necesario que los cristianos seamos explícitos en el mostrar lo que somos y en hacer pública nuestra fe... Las nuevas tecnologías, sobre todo internet, han de ser vehículo para expresar públicamente las verdades en las que creemos y los valores" .

En el terreno económico, el clero extremeño se ha quejado repetidamente este año del redondeo a la baja que muchos feligreses han aplicado a los donativos durante las misas.

Es más, esta tendencia cicatera se está notando incluso en las casillas del IRPF.