La cárcel de Badajoz alberga desde el año 2004 a cuatro reclusos peligros de Al Qaeda. Se trata de Yogoah Guemaraes, de la organización AAI, y Brahina Diadie Kamara, Mothatad Siah y Mourad Yala, de GIA, según confirma el director del centro penitenciario pacense, Carmelo Charlofé, a raíz de una información publicada por el diario ABC el domingo 12 de marzo, en la que se incluía un mapa con el número de presos en aislamiento. La presencia de estos cuatro presuntos terroristas en Badajoz es el resultado de la política de dispersión impuesta a los miembros de las bandas terroristas, que implica que los 155 internos más peligrosos de Al Qaida se distribuyan en 34 cárceles españolas.

Los reclusos islamistas se encuentran en Badajoz en situación de presos preventivos, acusados de presuntos delitos de terrorismo, pero aún sin juzgar y sin que Charlofé los haya podido concretar. Su estancia en la cárcel de la ciudad viene de diciembre del 2004 el primero, Brahina Diadie Kamara, mientras que la de los otros tres son desde el 2005, desde agosto en los casos de Mourad Yala y Mothatad Siah, y desde septiembre en el de Yogoah Guemaraes.

PENDIENTES DE JUICIO Todos ellos están pendientes de juicio o de que se dicte sentencia firme si es que hubiera algún recurso, y están a disposición del Juzgado Central de Instrucción, que depende de la Audiencia Nacional, en Madrid, según el director del centro.

La vida de estas cuatro personas en el interior de la prisión se desarrolla con "normalidad; su comportamiento en el centro es correcto y no provocan ningún tipo de conflicto", explicó Carmelo Charlofé al ser preguntado por este diario sobre cómo desarrollan el día a día.

Una cosa sí aclaró el director, estos reclusos, todos varones, "hacen una vida normal en un departamento de internos clasificados, como ellos; el régimen disciplinario es el mismo que el de otros internos de esas características". Aunque eso sí, "en ningún caso tienen contacto con los presos de ETA".

Los cuatro internos islamistas "hacen sus oraciones en sus celdas o en el patio, pero sin que ello interfiera en el normal funcionamiento del departamento", explica Carmelo Charlofé. Y añade que, en efecto, "tienen una dieta musulmana, como la de otros muchos reclusos que también son musulmanes, aunque no tienen nada que ver con el terrorismo islamistas, que los hay penados y preventivos", y están recluidos por otros delitos.

En la prisión de Badajoz no se conoce que estos reclusos hayan realizado declaraciones o reclamaciones especiales, ni que lleven algún tipo de distintivo, ni se conocen comentarios relacionados con actividades terroristas. Y el resto de los internos "los reciben y tratan con normalidad, aunque no hay mucho trato, ni bueno ni malo, lo normal entre gente que comparte el mismo módulo". Su estancia en la cárcel de Badajoz será "hasta que sean reclamados por la Audiencia Nacional", explicó Charlofé.