El cuerpo de Feliciano Vega, el militar de Moraleja que falleció en el accidente del Yak 42 en Turquía, se encuentra enterrado en Murcia, hasta donde se ha trasladado su familia para proceder hoy a la exhumación del cadáver. Vega tenía 33 años cuando perdió la vida, junto a otros 61 militares españoles, en el siniestro aéreo que tuvo lugar en Turquía.

Este triste recuerdo se ha avivado entre los vecinos de la localidad cacereña al conocer que los restos mortales que recibieron sepultura en el cementerio de Moraleja no pertenecen a Feliciano Vega, sino a Joaquín Enrique Alvarez, un subteniente del Ejército del Aire natural de Zaragoza. La inadecuada identificación de las víctimas ha ocasionado que el joven moralejano y otros 25 cadáveres de los 61 fallecidos se enterraran en sitios erróneos.

POR OTRO El vecino de Moraleja por equivocación recibió sepultura en un cementerio de Murcia, aunque ayer se desconocía con qué identidad. Este hecho ha suscitado el malestar de los vecinos de Moraleja, quienes no salen de su asombro. Sus padres, hermana y la mujer de Feliciano Vega se trasladaron el martes por la noche hasta Murcia donde hoy está previsto que se realice la exhumación de sus restos mortales.

El mismo proceso se repetirá el lunes en el cementerio de Moraleja para extraer los restos del militar Joaquín Enrique y trasladarlos a Zaragoza. La exhumación de Moraleja se realizará por operarios de una funeraria local ante la presencia de un biólogo, un forense y miembros de la asociación creada por los familiares de las 62 víctimas. Estas exhumaciones, así como las realizadas en los restos de los entierros equivocados han sido ordenadas por el Juzgado Central de Instrucción de Madrid.

Los restos mortales exhumados se introducirán en un nuevo féretro de cinc y se trasladarán al cementerio de La Almudena, en Madrid. Allí se volverán a realizar nuevas pruebas de ADN y después los restos serán trasladados a sus respectivos pueblos natales para darles sepultura.

UNA TARJETA Y UNA FOTO El cementerio de Moraleja mostraba, ayer, una situación inédita y asombrosa que dejaba perplejo a más de uno. La lápida que supuestamente protegía los restos mortales de Feliciano Vega, --que tenía grabados los datos del joven y una fotografía--, mostraba además una tarjeta con los datos y un retrato del subteniente Joaquín Enrique Alvarez. Al parecer, la viuda de éste, una vez que tuvo conocimiento del error, envió esta tarjeta con la imagen de su marido a la familia extremeña para que se colocara en la lápida donde está su marido.

Aún así, Antonia, madre de Feliciano Vega, acude todos los días al cementerio a poner flores a la lápida donde sabe que está enterrada otra persona.

El proceso hasta su final podría retrasarse hasta pasadas las navidades por lo que podría ser que los restos del militar extremeño no llegaran a Moraleja hasta primeros de enero. Fuentes cercanas a la familia comentaron a este diario, ayer, que los familiares están muy "indignados".

Rafael Gallego, propietario de la funeraria Virgen de la Vega, de Moraleja, consultado por este diario confesó, ayer, que en 16 años que lleva trabajando en el sector "es la primera vez que veo un caso así". Aseguró además que es un hecho "asombroso que no se entiende".