Los vecinos de Siruela descansan por las noches más tranquilos desde que el pasado lunes una patrulla de la Guardia Civil detuviera a Manuel Hurraco, un vecino de la localidad de entre 30 y 35 años de edad, que confesó haber sido el autor de las decenas de robos que en los últimos siete u ocho años se han venido sucediendo en las viviendas de la localidad, tanto del casco urbano como de zonas rurales cercanas.

Paneles solares, motosierras, mulas mecánicas, herramientas... y así hasta una interminable lista de objetos se acumulaban en el interior de la vivienda junto a una gran cantidad de desperdicios y basuras, según confirmaba ayer el alcalde de la localidad Regino Barranquero.

Manuel Hurraco siempre estuvo en el punto de mira de los vecinos, pero nunca pudieron actuar contra él al no tener pruebas. Hartos de sufrir los robos, pues se calcula que puede haber entrado en más de sesenta o setenta casas en este tiempo, los vecinos organizaron una concentración a las puertas del ayuntamiento el pasado martes, para reclamar a las autoridades y a las fuerzas de seguridad del Estado que pusieran fin a los hurtos. La sorpresa fue mayúscula cuando conocieron que precisamente la noche anterior, el principal sospechoso de los robos confesaba su autoría a una patrulla de la Guardia Civil que se cruzó en su camino. Los nervios se apoderaron del joven, que echó a correr. Poco después, al ser interceptado en su casa confesó.

Nadie sabe cuantos robos se han producido en total en este periodo, debido a que en la gran mayoría de los casos las víctimas no denunciaban, al dar por perdidos los efectos sustraídos.

Desde que fuera detenido está custodiado en las dependencias judiciales de Herrera del Duque, desde donde se está instruyendo el caso. Con el fin de completar la instrucción, los vecinos están identificando los objetos, ya que al no haber denuncias, el juez no puede imputar el hurto al detenido. Algunos de ellos son pertenencias del ayuntamiento, pues se han encontrado desbrozadoras o motores de hormigonera.

El alcalde de la localidad celebraba ayer una detención con la que espera que pronto vuelva todo a la normalidad en un pueblo que define como "tranquilo". Sospecha que el detenido puede sufrir algún tipo de trastorno del comportamiento, puesto que no obtenía beneficio alguno por los hurtos y porque además acumulaba grandes cantidades de basura en el interior de la vivienda.