La presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero Pozo, es de raíces extremeñas. Natural de la localidad pacense de Quintana de la Serena, Rafaela Romero representa desde el 22 de junio del 2007 al parlamento y órgano legislativo del territorio histórico de Guipúzcoa, que a su vez forma parte de la comunidad autónoma del País Vasco. La juntera, nombre que reciben los diputados en esta Cámara vasca, es militante del Partido Socialista de Euskadi - Euskadiko Ezkerra (PSE-EE), federación del Partido Socialista Obrero Español en el País Vasco y fue edil socialista del consistorio de Mondragón entre 1995 y 1998. Su vinculación a la última víctima de ETA, Isaías Carrasco, le viene de sangre, pues es familia de la viuda del que también fuera concejal socialista en esa localidad.

La presidenta y el resto de junteros guipuzcoanos miembros de la Mesa de las Juntas Generales fueron recibidos ayer por el presidente del Parlamento Extremeño con motivo de la visita institucional y el encuentro interparlamentario que realizaron.

Para ella, la invitación al parlamento de nuestra tierra, "con la que mantenemos lazos de profundo afecto" dijo, se da en un momento histórico, para los extremeños, en el que las Junta Generales de Guipúzcoa también han querido conmemorar el veinticinco aniversario de la creación de la autonomía extremeña y de la Asamblea "que marca un antes y un después de la vida colectiva de la comunidad, en su institucionalización, en su vertebración interna, en la recuperación de sus señas de identidad como pueblo y en el progreso político, económico y social que ha experimentado Extremadura a lo largo de estos 25 años".

La representante guipuzcoana reconoció que su provincia y el pueblo vasco conforman una sociedad "abierta y solidaria" y se mostró orgullosa de ser extremeña, al igual que muchos de los guipuzcoanos y de los vascos y vascas de nuestros días. En ese sentimiento, valoró que el progreso de Guipúzcoa y de Euskadi no hubiera sido posible sin la aportación de los hombres y mujeres de nuestra comunidad autónoma que "contribuyeron con su trabajo al desarrollo económico y social de Euskadi". Para Rafaela, este hecho supone una "deuda que reconocemos con satisfacción" ya que desde la alegría y en nombre de los inmigrantes extremeños en la comunidad vasca, la presidenta admiró el "extraordinario" desarrollo que vive Extremadura tanto en el plano económico como en el político y el social.

Tan institucional visita servirá a los representantes del parlamento guipuzcoano para aprender de los extremeños, y con los extremeños, el funcionamiento del Parlamento y el entramado institucional de Extremadura que tanto dista del suyo.

Además, los diputados extremeños recibieron la invitación directa de la presidenta, de visitar a las nuevas instalaciones del parlamento provincial de Guipúzcoa, que rechazó en su discurso a aquellos que no "representan a la sociedad vasca porque tratan de romper su convivencia y su imagen", aquellos que "más pronto que tarde serán un amargo recuerdo de un país que volverá a la paz".