Doscientos productores de tabaco de distintos municipios iniciaron ayer un encierro con carácter indefinido en Talayuela para reclamar soluciones a la crisis abierta en el sector.

La protesta comenzó al término de una multitudinaria asamblea informativa a la que habían sido convocados los dirigentes de las Agrupaciones de Productores Agrarios (APAs) que, tal y como se preveía, no se presentaron. Al acto asistieron unos mil agricultores que secundaron entre aplausos la petición más oída de la mañana: "Que den explicaciones o que dimitan". Solicitan información sobre la OCM, los precios del tabaco y la prima, y cantidades a producir.

La asamblea había sido convocada con la intención de debatir acerca de la posibilidad de reducir la producción de tabaco para obtener una subida del importe de la ayuda comunitaria. Sin embargo, el encuentro del consejero de Agricultura, José Luis Quintana, el miércoles con los dirigentes del sector, y el fax de Defensa de la Competencia recibido el viernes por las APAs frenó cualquier intento de debate sobre este asunto.

"No queremos hacer nada que no sea legal, somos gente honrada y queremos seguir viviendo del tabaco" dijo al auditorio José Castellanos, uno de los cultivadores asistentes, quien insistió de forma reiterada en la intención de los convocantes de "no hacer daño al sector porque formamos parte de él". En el pabellón polideportivo de Talayuela, que tuvo la segunda mejor entrada de su historia --la primera fue el 28 de noviembre de 2003 en una protesta similar contra la OCM del tabaco-- no se oyó, a pesar de la multitud, ni una sola frase que planteara el polémico asunto de reducir cosecha para cobrar más ayuda.

Curiosamente, los protagonistas de la jornada fueron los ausentes, los presidentes y gerentes de las APAs. A lo largo de la semana, el presidente de Grutaba, Angel Miguel Rubio, trató de desvincular a todos sus socios de la protesta. Pero uno de los convocantes de la asamblea, José Moreno Ibáñez, rebatió sus palabras con cifras; en la asamblea del 4 de febrero, en la que se originó el conflicto, se recogieron 225 firmas de apoyo de asociados de SAT Asociaciones Agrupadas Tab, 138 de agricultores de Ibertabaco, 6 de Tabacos de Talayuela, 68 de Tabacos de Cáceres, 32 de agricultores de Cotabaco y 47 de afiliados de Grutaba, además de otras 110 de productores que no se identificaron con ninguna agrupación.

"Los dirigentes de las APAs nos llevan a la ruina mientras ganan grandes sueldazos; les pedimos que sean gente honesta y que no defiendan sus intereses particulares, sino los del sector", dijo un asistente a la asamblea en medio de fuertes aplausos.

Del encuentro no salió ninguna propuesta concreta. La falta de organización hizo caer en la improvisación y cuando daba la impresión de que el acto cobraba impulso, se dio por finalizado. Se barajó la posibilidad de organizar cortes de carreteras, iniciar una huelga de hambre o un encierro. Al final, doscientos agricultores, entre ellos mujeres y niños, se encerraron en la casa de cultura de Talayuela.