Jesús Pascual dejó ayer de ser alcalde de Albalá, la localidad extremeña candidata a acoger el almacén español de residuos nucleares. Los cuatro concejales de su partido --el Grupo Independiente de Albalá (GIA)-- y los dos del PP en la oposición aprobaron por unanimidad su renuncia a la alcaldía y al acta de concejal en un pleno celebrado por la mañana en el ayuntamiento de este municipio cacereño. De esta forma, el consistorio queda en manos de los ediles que aprobaron esta iniciativa y que ha provocado la dimisión de Jesús Pascual. La primera teniente de alcalde, Julia Fernández, toma provisionalmente el relevo. Ahora tendrá que convocar un pleno --antes de 10 días-- para elegir al nuevo alcalde.

Pascual ha cumplido su palabra. El viernes anunció que iba a dejar el cargo porque, por principios morales, se opone a que la localidad acoja el futuro almacén nuclear y porque esta posición es incompatible con la de sus cuatro concejales --que con sus votos aprobaron la presentación de la candidatura pese a la oposición del propio alcalde y de los dos ediles del PP--. "Era mi deseo terminar esta legislatura. Pero no puedo mantenerme en un equipo de gobierno que ha apostado claramente por una opción de futuro para el pueblo que yo no comparto", subrayó.

El pleno se desarrolló con total normalidad. Apenas una treintena de vecinos asistieron al adiós del que durante los últimos 11 años ha sido su alcalde. En ningún momento se registraron comentarios a favor o en contra del almacén de residuos. No hubo interrupciones ni protestas. Tan solo unos aplausos para Jesús Pascual al término del pleno. Pero nada más.

Durante la sesión, el ya ex alcalde explicó los motivos de su dimisión irrevocable y criticó duramente que se pretenda instalar este tipo de plantas en el término municipal. "Antepongo la salud de los ciudadanos a los intereses económicos. Este es el motivo de mi renuncia. Pese a todas las garantías que nos den, nadie me certifica que el almacén es 100% seguro para la salud de las personas. Mis decisiones siempre han ido dirigidas a beneficiar al pueblo. Me opongo al ATC porque quiero a mi pueblo. Esto es nocivo para Albalá, para la comarca y para toda la región. Porque, si los residuos se traen aquí, ¿quién va a venir a comprar nuestro jamón de Montánchez o nuestros chotos?", manifestó. Además, subrayó que el rechazo al almacén nuclear es "unánime" en la sociedad extremeña y española. Esto, en su opinión, debería hacer recapacitar al pueblo: "¿O es que acaso 45 millones de ciudadanos van a ser más torpes que 4.000 --es la cantidad de habitantes que suman la decena de candidatos al ATC--?".

RECRIMINACIONES Jesús Pascual manifestó que era un momento "difícil", "amargo", y "duro" en su vida. Pero también destacó que los concejales que le han acompañado en estos 11 años "siempre me han respaldado y han sido fieles".

Sus compañeros del GIA reconocieron y agradecieron su labor como alcalde, aunque manifestaron su desacuerdo con la decisión: Joaquín Barrantes, segundo teniente de alcalde, con lágrimas; "no comparto ni el motivo ni el momento", le confesó Fructuoso Polo, concejal de Obras Públicas. "Te agradezco el trabajo, pero no te acepto que justifiques tu marcha con el concepto ´inviabilidad de gobierno´", le recriminó Julia Fernández.

Ahora el ayuntamiento tendrá que reconfigurarse, con el nombramiento de un nuevo concejal y un nuevo alcalde, mientras la candidatura sigue adelante. El concejal Joaquín Barrantes explicó a este diario que todavía no tienen decidido qué terrenos ofrecerán al ministerio. "No era una exigencia para presentar la candidatura y aún no lo hemos determinado", manifestó.