Su gran espíritu solidario la han llevado a tratar de manera laboral y personal materias como la cooperación internacional. Miembro de la Fundación Sahara Occidental y participante, como observadora, en los juicios que se celebran contra los saharauis en la zona ocupadas, Rosario García, diputada del PSOE, es la encargada de defender en la Cámara todo el trabajo que desde Extremadura se realiza por el subdesarrollo.

Su llegada a la Asamblea se produjo hace ya tres legislatura y "sin avisar" recuerda la socialista. "Me afilié el día siguiente de que el PSOE perdiera las elecciones a nivel nacional y comencé a trabajar en la agrupación de Villafranca de los Barros", de donde es natural aunque está afincada en Badajoz. En 1999 inició su carrera política como concejala y al año fue candidata de las listas al Parlamento, "de lo que me enteré cuando salió en la prensa".

En su tercera Legislatura Rosario García hace balance. "La Asamblea para mí fue una cosa encontrada. Al principio tuve miedo y después me dispuse ofrecer todo lo que he podido".

Desde sus estudios con una fuerte vertiente social --estudió Trabajo Social-- hasta sus labor en entidades y asociaciones para la cooperación, García hace de su pasión por la solidaridad su modo de vida y de trabajo.

Ha estado en Nicaragua con Aupex y se ha desplazado en multitud de ocasiones hasta el Sáhara para palpar en personar la situación que vive el pueblo saharaui. "Incluso cuando tengo vacaciones, en enero o Semana Santa, no aprovecho para ir a la playa, si no que prefiero ir a los campamentos de ocupados o de refugiados con los activistas", comenta.

En sus ratos libres la diputada Rosario García es una apasionada del cine y del teatro y le priva viajar. "Me gusta muchísimo la música y también hago muchos puzzles. Me relaja mucho".

En el plano personal dice de ella misma que es "muy ordenada incluso maniática del orden, soy familiar y me encanta estar con los amigos y soy cariñosa aunque de la sensación de que soy distante".