Bajo el castillo de Medellín se han encontrado los primeros restos de un teatro romano que sorprende a los investigadores por el buen estado de conservación de las piezas del edificio.

Medellín fue una colonia romana en Lusitania creada por por Quinto Cecilio Metelo y de aquella época quedaron las ruinas que en los años 70 vió el arqueólogo Mariano del Amo.

Era el graderío del teatro que ahora es el centro de atención del municipio y sus alrededores. Entonces se pensó que allí "no había nada", hasta que en mayo del pasado año, comenzaron las excavaciones arqueológicas impulsadas por la Junta de Extremadura y el Instituto de Arqueología de Mérida.

Los primeros trabajos se están realizando en el frente escénico del teatro romano, para conocer sus características y extensión. Aquí es donde han aparecido una serie de elementos escultóricos y de decoración como basas, fustes, capiteles y arquitrabes y, debajo de ellos, las primeras esculturas, como togados y partes de figuras humanas que podían representar parte de la familia imperial de aquel momento.

Las investigaciones realizadas hasta apuntan que el teatro es de los primeros que construyeron los romanos, concretamente en la época Augustea, de finales del siglo I a. de C., con lo que sería anterior al teatro romano de Mérida, unos 40 años más antiguo y de menor extensión.

Además, esta excavación muestra cómo eran los teatros en una colonia republicana como era Medellín, aportando así datos de la historia de Extremadura y de lo que fue Lusitania.

Como los teatros romanos más tempranos, el de Medellín tiene una influencia helenística, situado en un lugar elevado y en pendiente.

Una cripta separa la cávea media del resto de la zona reservada para el público y un arco, al que sigue un pasillo, es el que lleva a la cávea central. sea un edificio más temprano. Las excavaciones comenzaron en mayo de 2007 y se espera que la primera fase de la excavación acabe en junio de este año.

Según el director del Instituto de Arqueología de Mérida, Pedro Mateos, la gran sorpresa de estos trabajos no ha sido el yacimiento en sí, sino el magnífico estado de conservación. El antiguo edificio tuvo la suerte de que, después de ser derruido, no fue ocupado por ningún otro asentamiento durante siglos.

De hecho, en los alrededores del castillo no se han encontrado restos de la época visigoda, posterior a la romana y que dió paso a la conquista árabe en la península.