Cuatro de cada diez extremeños padecen alguna enfermedad crónica diagnosticada por su médico, según los dados de la Encuesta de Salud de Extremadura. De ellas, las más frecuentes son la hipertensión arterial, el colesterol elevado, las alergias y, curiosamente, la depresión, que ya afecta a más de 200.000 personas en la región.

Los datos del primer Libro Blanco en Depresión, elaborados a partir de la actuación de los médicos de Atención Primaria, son significativos: casi cuatro de cada diez pacientes (36%) afectados por esta enfermedad abandonan su tratamiento en los dos primeros meses, pese a que su duración mínima deseable es de medio año. Las consecuencias: con toda seguridad, según los especialistas, la recaída.

Minucioso estudio

El estudio, auspiciado por tres importantes sociedades científicas (Sociedad Española de Medicina Rural, Sociedad Española de Psiquiatría Biológica y Sociedad Española de Psiquiatría), se ha basado en entrevistas personales a médicos de Atención Primaria de 14 regiones, entre ellos 48 facultativos extremeños.

Aseguran los médicos que la mayoría de los pacientes que abandonan la medicación (88,7%) lo hacen motivados por una mejoría inicial, que el 27% lo hacen porque rechazan los antidepresivos, un 17% por que no creen en la eficacia, un 9% por falta de información y algo más del 6% por presión social.

Uno de cada cuatro enfermos que dejan el tratamiento no se lo comunica a su médico y más de la mitad de los que lo cuentan lo hacen después de la interrupción. No obstante, el estudio indica que Extremadura tiene el porcentaje más elevado de pacientes que comentan con el médico su intención de dejar la terapia farmacológica: un 11,8%, por un 6,5% de media nacional.

Pero las principales consecuencias del abandono de la medicación son la falta de recuperación (72,3%), el aumento del riesgo de recaídas (66,4%), un aumento de la severidad de episodios futuros (21%), así como una disminución de la eficacia de futuros tratamientos (6,7%), entre otras.