El director general de la PAC, Antonio Cabezas, aseguró ayer que la entrada de España en la UE ha traído en la última década y media "muchos beneficios para la agricultura extremeña", aunque ahora el panorama indica que se avecina un cambio que puede provocar distorsión y competencia desleal. Así, entre los aspectos positivos explicó que la renta agraria extremeña ha pasado de los 600 millones de euros de 1990, a unos 1.300 en el 2002, pese a que la población dedicada a la agricultura cayó a la mitad.

Otra cuestión positiva impulsada por la Política Agraria Común, según Cabezas, ha sido el redimensionamiento de las explotaciones, que se han hecho más grandes para competir. Según los datos facilitados por el director general, en diez años los censos de bovino, ovino y porcino (este último fuera de la PAC), crecieron de forma muy importante, hasta doblarse en muchos casos. Mientras, el número de explotaciones caía de manera clara. La asignatura pendiente sigue siendo el sacrificio, sobre todo en el bovino.