Menos hijos y cada vez más tarde. Extremadura sigue siendo una de las comunidades con la natalidad más baja de España, ya que las extremeñas se encuentran entre las españolas que tienen menos hijos, 1,26 por mujer, cuando la media nacional es 1,32, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Por regiones, las asturianas son las que tienen un número menor de hijos, con una media de 0,93, seguidas de las gallegas, mientras que las regiones de Ceuta, Melilla y Murcia son las que tienen la media más alta. Sin embargo, mientras que en la mayoría de comunidades la media ha tendido a subir en Extremadura ha ocurrido lo contrario, en los últimos cinco años se ha pasado de 1,28 hijos a 1,26, cuando en Cataluña, por ejemplo, ha sido a la inversa, de 1,28 hijos han pasado a 1,48.

Estas diferencias se deben, entre otros aspectos, a la inmigración, según reflejan los datos del INE. Mientras que en algunas comunidades el número de nacimientos por madre extranjera tiene una gran incidencia en el total, en otras es menor. Así, Extremadura es la región donde el porcentaje de hijos nacidos de madre extranjera es el más bajo de España, un 5,24% --cuando la media nacional es 13,71%-- sin embargo, el de algunas regiones como Cataluña o en las Islas Baleares, suponen el 20% del total.

CADA VEZ MAS TARDE Además, cada vez se retrasa más la edad de la maternidad, pero no sólo en Extremadura sino en toda España. Si hasta mediados de los años noventa las mujeres de entre 25 y 29 años eran las que más procreaban, en los últimos años la edad de oro de la maternidad son los 30 años --30,79 de media nacional y 30,55 en Extremadura--, según el INE. Además, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas señala que las madres mayores de 30 años representan el 58,7% de los nacimientos anuales en España.

Para Domingo Barbolla, sociólogo y antropólogo de la Universidad de Extremadura esta tendencia a tener cada vez menos hijos y a tenerlos a partir de los 30 se debe, sobre todo a un cambio de mentalidad pero también a factores culturales y económicos. "La incorporación de la mujer al trabajo remuneraha hecho que las mujeres tengan otras aspiraciones y otras metas, y que ahora prefieran desarrollar su carrera profesional y luego tener los hijos", señala Barbolla.

Mientras que hace unos años las familias con tres o cuatro hijos eran habituales, ahora parecen una excepción. En este sentido, Barbolla destaca que España carece de una política natalista "favorecedora" y que faltan normas sociales que posibiliten la igualdad entre el hombre y la mujer. Porque --señala-- "queramos o no, el peso de los hijos sigue cayendo en las madres".

Según Barbolla, para que esta tendencia cambie es necesario, además de más ayudas sociales, cambiar la idea de que "hijo va unido a sacrificio, debemos aprender a vivir con ellos".