El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha valorado el crecimiento revisado y definitivo del Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos años, con "casi 1.100 millones de euros más" de lo previsto, lo que "puede tener su impacto en el cumplimiento del déficit".

En rueda de prensa, el jefe del Ejecutivo regional ha explicado que en 2015 se "daba" a Extremadura un crecimiento del PIB del 2,1 % cuando ha sido del 2,5 %, y en 2016, un crecimiento del 2 %, mientras que el definitivo ha sido del 2,3 %.

Esto hace que el PIB extremeño actualmente, una vez revisado, sea de 17.903 millones de euros, frente a los 16.874 que daba el estimado, lo que supone "casi 1.100 millones de euros más".

Vara espera que cuando se revise el crecimiento de 2017 también vaya "al alza", lo que "impacta en algunas décimas en el cumplimiento del déficit".

Además, ha subrayado que el crecimiento de la economía extremeña "ahora es mucho más sano del que se producía con anterioridad a la crisis" y que Extremadura está en "cifras precrisis" en cuanto al PIB y con una distribución por sectores "mucho mejor".

Tras acumular "por tercer año consecutivo crecimientos por encima del 2 por ciento", ha precisado, ahora hay que conseguir que "esos crecimientos lleguen a los salarios" y reducir la tasa de paro "en varios dígitos menos" pues de lo contrario, "no se estará en condiciones de cantar victoria".

Por otro lado, ha sido cuestionado por la posibilidad de perdonar los intereses de deuda que pagan las comunidades por los mecanismos de financiación, que ha puesto sobre la mesa el Ministerio de Hacienda.

"Todo lo que sea aligerar las cargas sobre las comunidades será bien recibido pero tiene que ser de manera equilibrada, equitativa y justa", ha recalcado el presidente extremeño, quien ha pedido al Ministerio que haga propuestas "concretas" pero "abiertas" a discutirlas.

Vara ha explicado que las comunidades autónomas han tenido que acudir a una financiación externa, inicialmente en los mercados y luego con cargo al FLA, porque había "una insuficiencia financiera", entre otras razones, por un importante aumento del gasto sanitario ate la aparición de nuevos medicamentos y tratamientos.

A este respecto, considera que si el modelo de financiación se hubiera revisado en su momento, terminó en 2014, "probablemente esa deuda no se hubiera acumulado".

Ante en el escenario de una reforma del sistema, ha reconocido que habrá posturas enfrentadas por "cuestiones ideológicas y territoriales", y, en cualquier caso, ha abogado por intentar acordar "un modelo más transparente y simple que el actual".

Además, cree que se debe aprovechar para recuperar "de forma significativa" el fondo de cooperación interterritorial, un instrumento de "equilibrio" y de "cohesión" de las comunidades, para garantizar "unas inversiones justas y equitativas".