Extremadura es "la única comunidad autónoma" cuyas superficies forestales captan más gases de efecto invernadero de los que emite la región a la atmósfera, con una media anual del 114 por ciento en el periodo 2000-2006, según recoge el Inventario extremeño de Sumideros de Carbono y que recoge la agencia Europa Press, mientras que en España este porcentaje "no llega ni al 25 por ciento".

En esos seis años, la media anual de emisiones de dióxido de carbono fue de 8,2 millones de toneladas, mientras que la de captaciones a través de sumideros naturales fue de 9,4 millones de toneladas, resalta el consejero de Medio Ambiente, José Luis Navarro.

Según la agencia Europa Press, Navarro indica que, durante la década de los noventa, primer periodo tomado como referencia para el estudio, se emitieron 5,9 millones de toneladas de carbono al año y los suelos, bosques, cultivos y pastizales de Extremadura captaron 4,9 millones de toneladas de media anual.

En resumen, las emisiones han crecido un 37 por ciento como resultado del conjunto de actividades humanas y naturales que producen dióxido de carbono, tales como el transporte a motor, la industria, la agricultura y el equipamiento de los hogares, y "una mayor actividad económica".

Pero, al mismo tiempo, la capacidad de absorción de los sumideros se ha incrementado en "prácticamente" el 90 por ciento, a juicio del consejero, debido al "aumento" de la superficie forestal, que asume la absorción del 80 por ciento del carbono.

Según los dos últimos inventarios forestales nacionales, correspondientes a los años 1990 y 2001, el terreno forestal extremeño ha crecido en dicha década unas 700.000 hectáreas, hasta situarse en el 65 por ciento del total del territorio autonómico. Estas cifras permiten a cada habitante de la región disfrutar de 2,43 hectáreas forestales.

El consejero de Medio Ambiente resalta este dato, así como el "futuro aprovechamiento" de las energías renovables que supone la biomasa residual producida cada año en los bosques.

Este estudio está enmarcado en la estrategia extremeña contra el Cambio Climático, que recoge el fomento de la captación de carbono por los sumideros naturales.