Un escape de recursos que no cesa y que provoca que el futuro de la región se visualice aún con más incertidumbre. Hace un lustro que la sangría no para y las previsiones, de momento, no auguran un cambio de tendencia. Extremadura vuelve a perder población y se sitúa ya en 1.077.715 habitantes -con fecha a 1 de enero de 2017-, lo que supone un descenso del 0,67% con respecto al año anterior (significa 7.254 personas menos). Esta cifra implica regresar al mismo número de habitantes de hace una década, cuando se seguía un crecimiento imparable gracias, sobre todo, a los inmigrantes, quienes llegaban atraídos por un mercado laboral que en aquel momento les ofrecía oportunidades.

Dadas las circunstancias actuales, los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) publicados ayer sitúan de nuevo a Extremadura como la segunda comunidad con la mayor pérdida demográfica (solo por detrás de Castilla y León).

MIGRACIONES / Más conclusiones que se desprenden de este informe y que evidencian la pérdida de vecinos es que durante el último año se marcharon a otros países 776 personas más de las que acogió la región de otras nacionalidades. El brexit parece no suponer un problema, ya que Reino Unido continúa como el país preferido para emigrar, seguido por Francia, Alemania y Estados Unidos.

En este sentido habría que recordar que más de 11.000 extranjeros han abandonado la comunidad en los últimos cinco años. La mayor parte han sido portugueses, rumanos, marroquíes y colombianos.

En cuanto al saldo migratorio entre comunidades autónomas, salieron de Extremadura a otras regiones 4.061 personas más de las que procedentes de otros territorios nacionales decidieron residir aquí.

ENVEJECIMIENTO / El panorama que vuelven a dibujar los datos del INE en cuanto a despoblación evidencian el problema extremeño que, entre otras consecuencias, provoca un envejecimiento continuo de pueblos y ciudades. De hecho, con fecha a 1 de enero de 2017, la población más abundante en la región ronda entre los 50 y los 53 años, mientras que en comparación con 2016, los menores de 35 años cayeron en más de 10.000 personas.

Pero mientras que Extremadura no sabe cómo cerrar el grifo de la pérdida de habitantes, a nivel nacional ya ha empezado la recuperación. Tal y como refleja el balance del INE, España ha recuperado población por primera vez desde 2012, año en que empezó un descenso continuo al que no solo se ha puesto freno, sino que se ha invertido. ¿El motivo? Gracias, entre otras razones, al tirón de los archipiélagos de Baleares y Canarias, y de la Comunidad de Madrid. Estas tres autonomías han sido las que más población ganaron a lo largo del pasado año.

El informe del INE revela igualmente que ese cambio de tendencia está basado en que los inmigrantes vuelven a venir y los emigrantes ya no se marchan tanto como antes. Los primeros suben un 22% y los segundos bajan un 4%. O lo que es lo mismo: 417.033 personas entraron en el país mientras que 327.906 lo abandonaron, lo que arroja un saldo migratorio nacional positivo.

Todas estas circunstancias traducidas en cifras suponen que España ha ganado 88.867 personas en el último año (+0,19%) y ha llegado a una población de 46,52 millones.

De este modo, si este cambio en positivo sigue adelante, atrás quedaría ya una de las huellas de la crisis que, por ahora, se sigue notando en Extremadura.