El ministerio del Interior los define como «incidentes que están dirigidos contra una persona motivados por un prejuicio». En la práctica es el ataque al otro basado solo y exclusivamente en su pertenencia a un determinado grupo social que se condiera distinto. Puede ser según su sexo, identidad de género, religión, raza, etnia, nivel socio-económico, nacionalidad, ideología o afiliación política, discapacidad u orientación sexual. Son los llamados delitos de odio, una conducta discriminatoria (que deja severas huellas a quienes son víctimas de ella) que sigue estando muy presente en la sociedad actual. Según los datos que recoge el portal de estadística de criminalidad del Ministerio del Interior, Extremadura registró en 2016 un total de 31 delitos de odio (significa una media continua de uno al mes). En 2015 fueron 30; en 2014, 13; y en 2013 se contabilizaron 29. De manera que la tendencia de los dos últimos años es alcista, una realidad contra la que pelean los diversos colectivos que defienden los derechos de esos grupos sociales que se consideran diferentes.

La mayoría de los delitos de odio que se dieron a lo largo de 2016 y anteriormente fueron por temas relacionados con la discapacidad. Hubo siete en la provincia de Badajoz y tres en la de Cáceres durante el pasado año. Agresiones y abusos sexuales (también con penetración) aparecen como los hechos conocidos más frecuentes.

Los ataques por ideología ocupan el segundo puesto en esta estadística con diez delitos de odio por esta causa en 2016 (dos tuvieron lugar en Badajoz y ocho en Cáceres).

Asimismo, el racismo o la xeonofobia también dieron lugar a situaciones denunciables en ocho ocasiones (cuatro en Badajoz y otras tantas en Cáceres).

En último lugar Extremadura registró tres delitos de odio por orientación sexual (dos en la provincia de Badajoz y uno en la de Cáceres). Los hechos conocidos fueron agresión sexual, lesiones e injurias. En 2015 no hubo que lamentar ningún tipo de incidente por esta causa.

WORLD PRIDE / Precisamente este fin de semana se celebra en Madrid el World Pride 2017, una gran fiesta lúdica pero también con una base muy reivindicativa para defender los derechos del colectivo LGTBI y lograr que esa estadística de cero delitos de odio por orientación sexual sea la tónica dominante en todas las comunidades cada año que pase.

En la región, entidades como la Fundación Triángulo y Extremadura Entiende luchan cada día para que así sea.