Otra vez datos de desempleo. Y, de nuevo, lo que parecen cifras en positivo, si se analizan, arrojan resultados, cuanto menos, cuestionables. Objetivamente Extremadura presenta 7.500 parados menos con respecto al trimestre anterior (lo que significa un descenso del 5,81%), pero la realidad es que hay 10.000 personas menos que conforman la población activa (esto es, aquellos que o bien trabajan o bien están en búsqueda) y 2.600 ocupados (con una labor remunerada a desempeñar) menos. La ecuación da como resultado que si baja el desempleo es porque «Extremadura está cada vez más vacía», tal y como denuncian los sindicatos. Entre otros motivos, la emigración laboral por falta de oportunidades laborales ayuda a este descenso. Curiosamente, el tramo de edad que más población activa ha perdido es el comprendido entre los 35 y los 44 años, lo que significa que la marcha a otras comunidades o países ya no es cuestión solo de los jóvenes.

Son las conclusiones que se extraen de la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), que corresponden al tercer trimestre de este año. Si se comparan los resultados con el mismo periodo de 2016, tenemos 6.800 parados menos (-5,28%), pero también hay que restar 3.500 ocupados y 10.200 activos. La coyuntura es practicamente la misma: una comunidad que sufre de pérdida poblacional y que, en parte, se alimenta de economía sumergida.

LA BRECHA / El panorama actual de Extremadura es de 121.400 parados y una tasa del 24,76%, un punto menos en relación al trimestre anterior. Esta cifra sitúa a la región más de diez puntos por encima de la media nacional, que está en el 16,38%, y la convierte en la segunda comunidad (por detrás de Andalucía) con mayor porcentaje de desempleo.

La brecha laboral sigue existiendo, la prueba es que la tasa de paro es del 22,28% entre los hombres y del 27,91% -más de cinco puntos- entre mujeres.

Por provincias, 82.300 desempleados corresponden a la provincia de Badajoz (26,18%), y 39.200 a la cacereña (22,22%).

Con las cifras, el análisis y la realidad encima de la mesa, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, considera que más de 121.000 personas sin trabajo «es un desastre». «Pero las cifras van mejorando sustancialmente porque hoy hay una tasa de paro del 24,7%, que aún siendo un dato malo, es mejor que el que había hace dos años, cuando era del 28,8%».

Asegura Vara que no está satisfecho y que no se le verá «nunca cantar victoria». Y agrega que trabaja «cada mañana para buscar soluciones que pasan por la estabilidad política y social, y la capacidad de atracción de empresas».

LA SEQUÍA / Por su parte, la consejera de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura, Esther Gutiérrez, mostró ayer su «preocupación» por el descenso registrado en el número de personas ocupadas (que bajan casi en un punto con respecto a 2016) y de los activos (que se reducen un 2%), y afirmó que el problema es de «la sequía y sus consecuencias». «Para encontrar un tercer trimestre en el que el paro sufra una bajada tan fuerte y, a la vez, caiga la actividad y la ocupación, habría que remontarse a años hidrológicos malos, a años de sequía, como pasó en 2011».

En general, la Junta quiso poner el foco en el descenso de desempleados en este tercer trimestre, sobre todo entre los jóvenes y las mujeres, subrayando que supone la mayor bajada del paro en dicho período desde 2006. No obstante, advirtió que se prevé «una posible destrucción de empleo temporal en los dos próximos trimestres debido al comportamiento cíclico del mercado laboral».

Por ello, volvió a pedir la ayuda extraordinaria del Gobierno central y anunció un nuevo plan para los próximos dos años con medidas dirigidas a fomentar el trabajo entre las mujeres.