Las buenas condiciones climatológicas animaron ayer a muchos extremeños a honrar a sus difuntos en los cementerios de la región. En una apacible jornada, gran parte de los ciudadanos, tanto en las ciudades como en el ámbito rural, repartieron el día de Todos los Santos entre estas visitas y las salidas al campo, en una festividad también denominada en muchas zonas de Extremadura como el día de las castañas .

Así, a las ocho de la mañana, los pacenses se agolpaban ya a las puertas del cementerio de San Juan, popularmente conocido como cementerio viejo , para acompañar a los seres queridos que yacen en este camposanto, que fue visitado ayer por miles de personas, al igual que el de la Soledad. Desde que comenzó la semana, más de 3.000 personas han acudido a diario al lugar para limpiar nichos y panteones, eliminar telarañas, reponer flores y rezar, informa Guadalupe Leitón.

El trasiego de cubos con agua, escaleras y flores de distinto tipo, fueron la nota común ayer en los cementerios pacenses, a donde algunas personas llegaron provistas incluso de sillas plegables y velas para pasar toda la jornada. "Pero, una vez que pase el día de los Difuntos aquí no vienen ni los pájaros", comentaba el encargado del cementerio viejo , Antonio González, quien reconoció que a excepción de algunos fines de semana, "poca gente viene por aquí".

Después de la festividad, el personal del Servicio Municipal de Cementerios se ocupará otra vez de la limpieza y el cuidado del lugar, y también de retirar los miles de ramos y centros florales que llevaron ayer y que en pocos días se secarán.

La jornada festiva transcurrió de forma similar en Cáceres. Así, el concejal de Mantenimiento, Joaquín Rumbo, manifestó su satisfacción porque "el día ha sido perfecto, como el tiempo". Para el edil cacereño, las medidas adoptadas por el ayuntamiento cacereño --instalación de una carpa para la misa, refuerzo en las líneas de bus, ampliación de los aparcamientos, etcétera-- obtuvieron una buena acogida entre los cerca de 10.000 ciudadanos que visitaron el camposanto entre el martes y el miércoles.

En Mérida, la afluencia fue aún mayor y unas 30.000 personas se acercaron al cementerio durante todo el día para recordar a sus seres queridos. La jornada se desarrolló sin incidentes y acompañada de una climatología agradable, que hizo aún más masiva la presencia de ciudadanos cargados de flores, señala Pedro Cabecera.

Además, tuvo lugar un acto de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y Comarca, que leyó un manifiesto junto a las tapias del camposanto, donde se clavaron numerosas cruces con los nombres de las personas supuestamente enterradas en el subsuelo y también se colocaron ramos de flores en su memoria.

Finalmente, la normalidad marcó ayer también la jornada en Plasencia, apunta M. R. Rey. Los más mayores cumplieron el rito de visitar a sus difuntos en el cementerio de Santa Teresa y los más jóvenes, la tradición de asar las castañas en el campo.

El camposanto placentino volvió, un año más, a llenarse de flores, un mercado muy competitivo a juzgar por los dos euros de diferencia que pedían por una docena de claveles en puestos situados a sus puertas, donde un amplio dispositivo de la policía local reguló el tráfico y controló la afluencia de personas.