Francisco Manuel García Peña, presidente de la Fundación Caja Badajoz y directivo del Banco Grupo Ibercaja, explica en esta entrevista cómo se mantiene la idiosincrasia de la caja pacense, como ha evolucionado el proceso de fusiones, cómo se empiezan a ver los beneficios de formar parte del octavo mayor banco de España, incidiendo en el ámbito social y en el financiero, y considera cumplidos los objetivos que se marcó la entidad en dicho proceso.

--Acaban de abrir la primera convocatoria conjunta de la Fundación Caja Badajoz y la Obra Social de Ibercaja para ayudas a proyectos sociales por 200.000 euros, pero el fondo conjunto para el año es casi el doble ¿Qué significa, es más, menos que la anualidad de la Obra Social de Caja Badajoz?

-- Estas cantidades son complementarias. No tienen que ver con las que veníamos utilizando de recursos propios. El contrato de integración de las cajas que procedíamos de Caja 3 en Ibercaja obliga a ésta a que una parte de su obra social revierta durante diez años en las tres cajas que nos hemos integrado en el banco.

Independientemente de los recursos que vengan a la fundación en dividendos de los beneficios del banco, hay una cantidad supletoria, este compromiso que digo del 10% de la obra social. Es decir, son 377.000 euros además de nuestro presupuesto anual. Servirán para las actividades que venimos desarrollando en el ámbito social, que es donde más requerimientos hay, y permitirán hacer actividades extras en el ámbito cultural, deportivo o de la discapacidad, en las que venimos actuando.

--¿Tendrán actividades diferenciadas ambas entidades, o cualquier intervención de la Obra Social de Ibercaja pasa por la Fundación?

-- La fórmula que regula estas actividades está en un acuerdo que firmamos el presidente de Ibercaja y yo en julio pasado, cuando se celebró en Badajoz una comisión ejecutiva de Ibercaja Banco. Su desarrollo permite que cualquier actuación con esos recursos de Ibercaja, siempre que estemos de acuerdo en el fin, tendremos capacidad de decidir a dónde van, evidentemente de acuerdo con Ibercaja, que puesto que sus objetivos fundacionales son los mismos que los nuestro, no habrá desajustes.

--¿Caja Badajoz sigue su filosofía de seguir pegada al terreno, al tejido empresarial local y regional?

-- La filosofía de Ibercaja Banco es esa. Es propietaria de cuatro cajas, cuyos principios fundacionales también están muy inmersas en las decisiones que se toman y por tanto, en el ámbito financiero, en Caja Badajoz, ya Grupo Ibercaja, la forma de actuar será la de acompañar a los empresarios, a las familias y a los ciudadanos, estar en aquellos espacios que nos permitan acompañar a la gente en sus proyectos empresariales, vitales y personales y hacer negocios.

Ese modelo es también el de Ibercaja, por lo que hay solución de continuidad entre lo que fue Caja Badajoz y lo que es ya como Ibercaja, porque nuestro modelo de negocio es ese. En Extremadura es acompañar a las medianas y pequeñas empresa, porque no hay grandes corporaciones empresariales ni grandes inversores. Y seguimos teniendo una presencia en el mundo rural muy importante, sobre todo, en la provincia de Badajoz. En el apego a la tierra y a sus gentes y sus proyectos es donde vamos a estar siempre.

--¿Cómo percibe la respuesta de la sociedad ante la nueva situación?

-- Quiero entender, porque así nos lo demuestran asociaciones y personas a las que llegamos, que las decisiones de la Fundación hoy y las que tomaba la Caja forman parte del escenario en el que la gente se mueve.

Creo que hay un alto nivel de agradecimiento a las acciones que venimos haciendo desde el punto de vista social. O estudiantil, pues tenemos una presencia importante en la universidad, con proyectos que tiene que ver con el empleo de los jóvenes que terminan la carrera y entran en empresas extremeñas. Estas actuaciones son muy bien acogidas. También en el ámbito de la discapacidad.

Creo que después de esta crisis con todas las dificultades que hemos ido atravesando, hemos tenido la oportunidad de estar siempre ahí, de ayudar, y eso se reconoce, aunque no nos corresponde tirarnos flores, porque estamos para esto y nadie tiene que agradecer nada, pero es verdad que la sociedad extremeña es generosa, fundamentalmente los clientes de la Caja, que con sus operaciones generan recursos, esos recursos van destinados a la población en general. Esa ha sido siempre la esencia de la caja y lo seguirá siendo.

--¿Permanece pues el vínculo de la fundación con la sociedad?

-- Y en él ámbito financiero también. Creo que Caja Badajoz, independientemente de que pertenezcamos a un banco muy importante, el octavo de España y de los mayores de Europa, y que nos da fortaleza, capacidad y músculo para seguir manteniendo nuestros objetivos fundacionales con más recursos, en la medida que pasemos esta etapa y esta crisis, verá que los recursos que genere el banco serán mayores que los que generaba sola. Y eso repercutirá en el ámbito social.

--¿Es de suponer que la red de Caja Badajoz será la base para la penetración de Ibercaja en el territorio, pero hay alguna estrategia más?

-- En principio, los ajustes que había que hacer en personal y oficinas se ha hecho ya, por tanto los que quedan van a tener continuidad. Ahí está la esencia de nuestro negocio y lo va a seguir estando. Seguimos operando con la marca Caja Badajoz, que no desaparecerá porque no tendría sentido. Haremos lo mismo que veníamos haciendo pero dentro de un grupo más potente y sólido que dará más oportunidades a los extremeños de disponer de productos que hasta ahora no tenía, creo que será un beneficio social también en ese aspecto.

--¿Cómo vislumbra el futuro tanto del banco como de la fundación?

-- Soy muy optimista. En primer lugar, en España ha habido una reordenación del sector bancario nunca conocida. En apenas cuatro años, las cajas, que tenían el 50% del volumen financiero, han desaparecido. Todas han pasado a ser fundaciones, que mantendrán el objetivo social de las cajas. Y mediante los bancos que se han creado al albur de estas cajas se va a hacer la operativa financiera con más garantías para el ciudadano, con más recursos, mayor capacidad de llegar y con más ventajas.

Creo que el futuro queda garantizado porque es una entidad sólida, más solvente, más grande, con más capacidad de penetración. Se abre un abanico de alternativas hasta ahora inexistentes, desde el punto de vista de cómo va a repercutir eso socialmente a través la fundación, y desde el punto de vista financiero a través del banco, creo que las mejoras serán evidentes. Ya lo están siendo.

--¿Se puede decir entonces que se han cumplido los objetivos marcos en todo este proceso?

-- Ya no merece la pena mirar atrás, pero es cierto que los objetivos fundamentales en la caja, en este ámbito de fusiones y de conglomerados financieros que se han ido produciendo, y que eran: preservar la idiosincrasia de la fundación, que hemos conseguido; preservar el empleo en unas condiciones óptimas para los que se quedan, pues la salida de trabajadores ha sido también óptima, todas voluntarias y por tanto no habido situaciones desagradables en ese sentido, ese también se ha cumplido.

Por tanto, mantener ahora la posibilidad de ser accionista de ser uno de los mayores bancos de España, para nosotros es importante. En todo caso es un elemento más del cumplimiento de los objetivos marcados en este proceso, aunque ha sido duro, porque las cajas, que estaban muy arraigadas, han desaparecido, pero han sido sustituidas por unos bancos, en nuestro caso al menos, que mantendrán la misma filosofía que la Caja. El trato a los clientes, a las personas desde el punto de vista financiero y social se mantendrá en mejores condiciones. Objetivo cumplido.