--Cuando el Estatuto de Autonomía ha cumplido 25 años, también los cumple Paco Macías en su escaño. ¿Cómo se adentró en la política?

--Empecé en política tras el 23-F. Ibarra me sugirió volver a trabajar en política, acepté y entré en la dirección del partido en Badajoz. Después me propusieron ser diputado autonómico y ahí comenzó mi camino en el Parlamento con la autonomía.

--Después de tantos años como diputado, ¿orgulloso?

--Han sido 25 años de trabajo, ilusión y de confianza, cada vez mayor, en los extremeños.

--¿Qué cambios se han producido en la Cámara en este último cuarto de siglo?

--Lo que se debate ahora no tiene nada que ver con lo que se debatía antes, como tampoco tienen nada que ver los presupuestos de aquel entonces ni las competencias. Además, ahora los parlamentarios tienen mayor formación política. Por otra parte, el trabajo es más difícil, porque hay que dar respuesta a una sociedad más compleja, con mayor diversidad de intereses.

--¿Esa sociedad siente cerca el Parlamento?

--La realidad es que la mayoría de la gente sigue confundiendo Asamblea y Junta de Extremadura, sin distinguir sus funciones. El Gobierno ha tenido una implantación popular superior. Pero ahora se trabaja en las escuelas e institutos, con actividades que superan el debate parlamentario y para dar a conocer la Cámara.

--¿Qué características tiene que tener un diputado parlamentario?

--Muchas ganas de trabajar y conocer bien qué proyecto político está defendiendo en cada iniciativa parlamentaria. La actividad en la Cámara tendrá sentido si conecta con el proyecto político que el grupo presentó en las elecciones.

--Un proyecto interesante es la reforma del Estatuto de Autonomía, ¿qué debe llevar consigo el nuevo texto?

--La reforma debe ser fruto del consenso de las fuerzas políticas con representación parlamentaria y contemplar las inquietudes de los extremeños, sus aspiraciones y sus anhelos. A partir de ahí, hay muchas propuestas, como las que ha hecho el presidente de la Junta, en cuanto a tener en cuenta las relaciones con Portugal, la presencia de la mujer en la vida política... Básicamente, el nuevo texto tiene que ser un estatuto del siglo XXI.