Finalmente ayer sí fue posible el acuerdo. Fuentecapala y los sindicatos cerraron el pacto que pone fin a la relación laboral de los 37 trabajadores de la empresa y al mismo tiempo al conflicto laboral surgido tres meses atrás, con el anuncio del Expediente de Regulacion de Empleo (ERE) que suponía el cierre de las instalaciones de Navalmoral de la Mata.

Las condiciones son las mismas que habían acordado un día antes, como adelantó ayer este diario. Fuentecapala acepta la improcedencia de los despidos y se compromete a abonar 30 días por año trabajado (en lugar de los 20 iniciales) con un límite de 14 mensualidades (el tope anterior eran 12). Además los salarios se actualizan aplicando el convenio de textil y confección desde 2010 (ese punto era el que el día anterior había roto el acuerdo porque la empresa no lo aceptaba) y se reconocen los atrasos en las nóminas y las antigüedades reales de los trabajadores eventuales.

Para cerrarlo, de nuevo los abogados de las dos partes y el administrador concursal se sentaron ayer a negociar, esta vez en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) en Cáceres y como paso previo al juicio que se había fijado para resolver la validez o no de los despidos. Pero el juicio fue suspendido porque, esta vez sí, no solo hubo acuerdo sino que también la empresa aceptó los términos del mismo, que son idénticos a los que se habían pactado un día antes y la dirección de Fuentecapala vetó horas después.

«Es el acuerdo que habíamos consensuado en reuniones previas. La empresa ha hecho un gran esfuerzo y esperamos que los trabajadores vean compensado el esfuerzo que también han hecho ellos», resumía el abogado de Fuentecapala, Enrique Conejo, tras la reunión que se prolongó durante más de una hora.

Fuera esperaban más de una decena de trabajadores el resultado. «Solo queremos que esto termine ya y poder seguir con nuestras vidas», resumían inquietos.

SUPERA LOS MÍNIMOS// Blanca Suárez Garrido, abogada de la Federación de Industria de CCOO destacó que «la intervención» de la administración concursal había facilitado alcanzar un acuerdo que «mejora los mínimos legales, no sustancialmente, pero dadas las circunstancias no podíamos pretender más de una empresa que está en concurso de acreedores acreditado», aseveró.

En la misma línea habló el abogado de UGT, Enrique Aguado, «es un acuerdo positivo porque hemos logrado algo intermedio entre lo que supone un despido improcedente y uno procedente», destacó.

Los trabajadores acudirán ahora al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para anticipar el cobro de las indemnizaciones (luego eso se subroga y se convierte en un acreedor más de la empresa) hasta el límite que este establece (20 días por año con tope e 12 mensualidades), y podrían comenzar a percibir las indemnizaciones a principios de 2017. El resto lo abonaría la empresa cuando obtenga liquidez.

Los sindicatos destacaron tras la reunión el acuerdo aunque cuestionaron la actitud de Fuentecapala. “Se acaba un largo proceso que se podría haber solucionado mucho antes”, señaló CCOO, valorando además que «permite superar la situación de incertidumbre». También UGT resaltó este acuerdo como «la mejor salida posible», aunque criticó «el auténtico despropósito de la empresa» que «no ha querido negociar de buena fe».