El Grupo Alfonso Gallardo no tiene voluntad de presentar ningún expediente de regulación de empleo (ERE), pero advierte que no habrá otra alternativa si no se solucionan problemas como el aumento de los costes de producción por la subida de la energía eléctrica. Así lo explicó ayer el consejero delegado de esta entidad, Juan Sillero, que junto al presidente de Fortia --la central de compras de los grandes consumidores industriales--, Juan Estarellas, se entrevistó con el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, al que mostraron su preocupación por esta circunstancia. El Grupo Gallardo cuenta en la actualidad con más de 3.500 empleados.

"No está en la mente de Siderúrgica Balboa ni del Grupo Gallardo hacer ninguna regulación de empleo, pero, evidentemente, ésta es nuestra voluntad; si finalmente estos temas no se solucionan, no hay alternativa", comentó Sillero, preguntado por si tienen previsto presentar un ERE. Ambos explicaron a Fernández Vara que la desaparición de las tarifas reguladas de alta tensión ha provocado que los grandes consumidores industriales hayan tenido que comprar la electricidad en el mercado diario, donde el precio fluctúa constantemente. Esta situación ha ocasionado que el precio se haya disparado un 70% en dos meses y medio, según lo ha cifrado Estarellas, por lo que han solicitado la mediación del presidente extremeño ante el Gobierno, que es el que tiene las competencias en esta materia.

INCERTIDUMBRE Insistieron en que la subida del precio de la energía es consecuencia de la liberalización de la energía eléctrica, lo que ha encarecido los precios y ha disminuido la competitividad de las empresas en el ámbito internacional al aumentar sus costes.

Además, ello se une a la situación que sufren los sectores de la siderurgia o del cemento, a los que agrupa Fortia, debido a la caída de la demanda interna debido al parón de la construcción y la falta de competitividad en el exterior, donde está el 50% del negocio, por ese incremento del precio de la energía eléctrica.

En este sentido, Sillero apuntó que el futuro de la siderurgia española "corre grave peligro" si no se adoptan medidas que palien el incremento del coste de la energía tras la regulación de la tarifa eléctrica, lo cual complica su "competitividad internacional". A su juicio, "el mercado interno se ha venido abajo" y "al no ser competitivos no podemos vender, y al no poder vender tenemos que cerrar; y si no cerramos, reducir la producción a unos niveles que nos van a obligar a hacer una reducción importante de plantilla", insistió.

Por su parte, Estarellas denunció que la legislación energética española es distinta a otros países y en España, hoy, la electricidad es un "cien por cien" más cara que en Francia, dijo.